EL CONSOLADOR
JUAN 16:5-8 Ahora voy al que me envió, y ninguno de ustedes me pregunta: '¿A dónde vas?'. Más bien, porque les he dicho esto, su corazón se ha llenado de tristeza. Pero Yo les digo la verdad: Les conviene que Yo me vaya; porque si no me voy el Consolador no vendrá a ustedes. Y si Yo voy, se lo enviaré. Cuando Él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. (R.V.A.'15)
© De cómo estar convencidos que no estaremos solos, pues el Señor Jesús nos ha enviado al Consolador, el Espíritu Santo.
Hoy es un día hermoso para acercarnos a Dios en entrega, devoción y oración. Hoy es un día especial porque nuevamente tenemos vida física y espiritual gracias a la misericordia y a la bondad del Señor. Al acercarnos hoy en oración necesitamos recordar la lección hermosa que el Señor y Salvador Jesucristo nos enseñó a través de la escritura, la lección de que no estaríamos solos, pues Él enviaría a nosotros al Consolador. Si hay alguna cosa en la tierra de la cual hoy podemos estar seguros es que el Padre Celestial desea que seamos llenos del Espíritu Santo y precisamente el Padre se deleita en darnos el Espíritu Santo Hoy.
Si aprendemos la lección y nos convencemos de que la promesa del Padre es real, de que lo dicho por Jesús el Salvador es verdad, de que Él enviaría al Consolador y aprovechamos al máximo ese gran tesoro llegado de los cielos y que habita por la fe en el corazón, entonces podremos disfrutar de libertad y poder para orar, y a la vez seremos un canal para que esa libertad y poder se derrame en la iglesia, sobre toda carne, sobre todo individuo y sobre cada esfuerzo especial. Quién aprende a conocer al Padre en la oración y apreciar la persona del Consolador en su vida, aprende a orar más confiadamente por otros y a moverse en dimensiones espirituales completamente nuevas. La promesa de un Consolador es real y la debemos aprovechar al máximo. El Padre nos da el Espíritu Santo y Él es el compañero fiel y permanente. La persona del Espíritu Santo no vendrá hoy sobre nosotros, porque ya está en nosotros. Desde el momento que nos humillamos al Señor y entregamos la vida a Él, desde ese momento la Escritura dice que el Espíritu viene a morar dentro de nosotros, y hoy quiere fluir a través nuestro para revelar así la persona de Jesucristo a los demás.
CONFESIÓN DE FE:
HOY QUIERO SER UN CANAL DE BENDICIÓN Y DE APOYO A OTROS. QUIERO SERLO A TRAVÉS DE LA ORACIÓN Y A TRAVÉS DEL AMOR QUE PUEDA COMPARTIR, PORQUE EL CONSOLADOR ESTÁ EN MÍ Y A TRAVÉS DE MÍ OPERANDO.
ORACIÓN:
Señor Jesús, El Elyon, El Altísimo (Génesis 14:18). Gracias, Mi Dios y Señor, por darme la hermosa persona del Espíritu Santo para ser mi Consolador, mi Ayudador y mi abogado defensor. Es una gran promesa que ha llegado a mi corazón y esa promesa se hace realidad a través de mí, siendo el canal por el cual fluya el Espíritu Santo. Amado Señor y Salvador, en tu amor incondicional hoy puedo descansar y en tu misericordia hoy puedo confiar. Gracias por llenarme con tu Poder y guiarme en el camino de tu Sabiduría por tu Santo Espíritu. Hoy he aprendido en tu altar, la Cruz del Calvario, que no estoy solo, dentro de mí está el Consolador para guiarme a toda verdad. Gracias Señor y Salvador Jesucristo por deleitarme con tus bondades y concederme la persona del Espíritu Santo como mi Consolador. Amén.