BUEN PASTOR 2
SALMO 23:4 Aunque ande en valle de sombra de muerte no temeré mal alguno, porque Tú estarás conmigo. Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. (R.V.A.'15)
SALMO 34:8-10 Prueben y vean que el Señor es bueno; ¡qué alegría para los que se refugian en Él! Teman al Señor, ustedes los de su pueblo santo, pues los que le temen tendrán todo lo que necesitan. Hasta los leones jóvenes y fuertes a veces pasan hambre, pero a los que confían en el Señor no les faltará ningún bien. (N.T.V.)
© De cómo somos guiados, alentados, protegidos y provistos por nuestro Buen Pastor, Jesucristo.
Como nuestro Buen Pastor, el Señor cumple muchos roles. Ayer lo vimos como un pastor restaurador. Él es también un pastor proveedor: conoce nuestras necesidades aun antes de que le pidamos ayuda y se deleita en suplir esas carencias (Mateo 7:9-11).
© Eso significa, en términos prácticos, que Él sabe lo que necesitamos física, emocional y espiritualmente.
Pero Dios no solamente nos da su provisión; Él es también un pastor protector, que nos defiende de los ataques. Notemos en el Salmo 23:4 qué es lo que alienta al escritor: la vara y el cayado del Señor. Los pastores de la antigüedad usaban estos dos implementos para defender a sus ovejas de animales feroces. Dios va delante de nosotros, quitando de nuestro camino las trampas del enemigo. Pero es importante notar lo que no dice el Salmo 23. Por mucho que queramos evitar los tiempos difíciles, este pasaje no nos dice que Dios nos conducirá alrededor del "valle de sombra de muerte" (Vs.4); por el contrario, nos conduce a través de él. Esto significa que el plan de Dios exige, por lo general, que pasemos por circunstancias dolorosas, enfrentando esas sombras y esos lugares oscuros en nuestras vidas. Sin embargo, en medio de nuestro difícil viaje, podemos mantenernos confiados si seguimos con nuestra mirada puesta en el Buen Pastor, Jesús, quien nos conduce a salvo al hogar Celestial.
© ¿Ha experimentado usted la guía, el aliento, la protección y la provisión del Señor, para luego caer en la duda y en temor por alguna pérdida o adversidad?
CONFESIÓN DE FE:
SÉ QUE EL SEÑOR JESÚS NO ME HA ABANDONADO; POR EL CONTRARIO, ÉL SIGUE SIENDO MI BUEN PASTOR, Y ME ESTÁ CONDUCIENDO EN MEDIO DE LA OSCURIDAD, PROVEYÉNDOME, PROTEGIÉNDOME, ALENTÁNDOME Y GUIÁNDOME A LUZ DONDE ÉL ESTÁ.
ORACIÓN:
Dios y Señor mío, Jehová Rohi, el Señor es mi Buen Pastor (salmo 23:1-3). Mi amado Señor Jesús, Tú eres el Buen Pastor, el que protege, provee, dirige, guía y cuida a su pueblo. Sé que Tú nos cuidas tiernamente como un pastor poderoso y paciente, es por todo esto por lo que quiero darte gracias hoy, y decido estar atento a tu voz para escucharla y obedecerla, pues estoy seguro de que esta es la clave de mi éxito. Sé que me instruyes y me enseñas el camino correcto y más conveniente para mí. Gracias mi Buen Pastor Jesús por tu amor y tu misericordia, porque los que has aplicado sobre mi vida, gracias por ser mi guía permanente que me lleva siempre y de la mano por el camino correcto. He orado en tu Poderoso Nombre, Jesús. Amén.