miércoles, 9 de diciembre de 2015

TRIPLE

 

GÁLATAS 5:13,14 Hermanos, Dios los ha llamado para ser libres. Pero no permitan que la libertad sea una excusa para complacer sus deseos perversos. Mejor ayúdense los unos a los otros siempre con amor. Pues toda la ley se puede resumir en una sola frase: "Ama a tus semejantes como a ti mismo". (P.D.T.)

 

©  De la triple participación del creyente en el propósito de Dios.

Dios tiene un propósito para cada uno de nosotros; de no ser así, nos habría llevado al cielo en el momento que fuimos salvos.

 

El Señor quiere influir en otros por medio de nosotros. El propósito de Dios es que seamos un vaso mediante el cual Cristo fluya hacia los demás, alcanzando a quienes sufren y necesitan con desesperación un Salvador.

 

Después de ser salvos, nuestra participación es triple:

1. Amamos a otros. Jesús dijo claramente que este es uno de los mandamientos más grandes (Mateo 22:38,39).

2. Compartimos la buena noticia de la salvación (Hechos 1:8). Algunos van al otro lado del mundo para anunciar el evangelio, mientras que otros enseñan a los vecinos de su calle o a su familia y amigos. El Espíritu Santo nos dirigirá a las personas indicadas si estamos dispuestos a obedecer.

3. Servimos de diversas maneras: ayudando a los necesitados, compartiendo nuestros recursos y orando por los demás.

 

El Señor Jesús es nuestro ejemplo perfecto de las tres maneras. Toda su vida se caracterizó por su interés por las personas, de quienes lo amaban y de quienes lo aborrecían. De hecho, la Biblia enseña que se humilló a Sí mismo y que se volvió como uno de nosotros para dar su vida en rescate nuestro (Mateo 20:28). No hay amor más grande; no hay un acto de servicio mayor. Entonces la Biblia puntualiza claramente el propósito de Dios para el creyente.

©  Amar a los demás, evangelizar y servir, esto nos dará una gran satisfacción.

 

CONFESIÓN DE FE:

EN REALIDAD, SEGUIMOS ESTANDO EN ESTE MUNDO, NO PARA ESCUCHAR MÁS ENSEÑANZA, SINO PARA PONERLA POR PRÁCTICA Y COMPARTIR CON OTROS LO QUE YA SABEMOS.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Elohim Cahiyim, Dios Viviente (Jeremías 10:10). Dios verdadero, Dios vivo y Rey eterno, el que hizo la tierra con su poder, el que puso en orden el mundo con su saber, y extendió los cielos con su sabiduría; mi amado Señor, Tu el Fuerte, que estás vivo y eres el dador de vida, que has creado la vida y todo lo que vive, que quieres dar vida eterna y abundante, hoy clamo a Ti para que tu propósito se cumpla en mi vida y pueda ser yo participe de tu interés de dar vida a mis semejantes, que ese triple propósito pueda yo ponerlo en práctica, amando, evangelizando y sirviendo. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús. Amén.



Juan Manuel Lamus O.