viernes, 4 de octubre de 2024

INFERIORIDAD VS. FORTALEZA INTERIOR

 

EFESIOS 3:14-20 (NTV) Cuando pienso en todo esto, caigo de rodillas y elevo una oración al Padre, el Creador de todo lo que existe en el Cielo y en la Tierra. Pido en oración que, de sus gloriosos e inagotables recursos, los fortalezca con poder en el ser interior por medio de su Espíritu. Entonces Cristo habitará en el corazón de ustedes a medida que confíen en Él. Echarán raíces profundas en el amor de Dios, y ellas los mantendrán fuertes. Espero que puedan comprender, como corresponde a todo el pueblo de Dios, cuán ancho, cuán largo, cuán alto y cuán profundo es su amor. Es mi deseo que experimenten el amor de Cristo, aun cuando es demasiado grande para comprenderlo todo. Entonces serán completos con toda la plenitud de la vida y el poder que proviene de Dios. Y ahora, que toda la gloria sea para Dios, quien puede lograr mucho más de lo que pudiéramos pedir o incluso imaginar mediante su gran poder, que actúa en nosotros.

 

La cura contra el sentimiento de inferioridad está en, de la mano de Dios, fortalecernos en el hombre interior, reconociendo en nosotros el verdadero valor que Él nos da.

 

El mundo nos bombardea con mensajes que pueden desencadenar sentimientos de inferioridad. Promete felicidad y satisfacción si conducimos el mejor automóvil, vestimos lo que está de moda, o estamos en forma, etc. Si no nos protegemos del consumismo, alejaremos la verdad de Dios de nuestra mente e iremos tras una búsqueda infructuosa de sentimientos de valía y suficiencia. Muy a menudo miramos los aspectos externos para demostrarnos a nosotros y a los demás que somos valiosos. Incluso llegamos a pensar: "si solo me viera mejor, tuviera más dinero o fuera más inteligente, los demás me aceptarían"; pero la verdad es que:

 

¡¡¡No es sabio dejar que las opiniones y los estándares de los demás 

determinen nuestra autoestima; la única evaluación precisa

de nuestro valor viene de Jesucristo, quien nos amó tanto

que murió en la Cruz en nuestro lugar!!!

 

El apóstol Pablo, en el pasaje que estudiamos hoy, nos dice que el valor en la vida se obtiene de conocer y comprender todas las dimensiones del amor que Dios siente por nosotros. Este conocimiento es nuestra ancla cuando los fracasos nos tienten a condenarnos y a retirarnos derrotados. Observe que el Señor no dice que nos dará todas las cualidades y todas las cosas que pensamos que vencerán nuestra sensación de inferioridad, en vez de eso, promete fortalecernos "con poder en el ser interior". (Vs.16)

Dios es "poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos", (Vs.20 RV60), pero su método es trabajar de adentro hacia afuera, "mediante su gran poder, que actúa en nosotros" (Vs.20).

 

Si lucha con sentimientos de inferioridad, pídale a Dios que sane su alma haciendo un hermoso trabajo en usted, fortaleciéndole en su ser interior.

 

CONFESIÓN DE FE:

PROCURARÉ CON DENUEDO TRABAJAR DE LA MANO DE DIOS PARA FORTALECERME EN EL HOMBRE INTERIOR, DE MANERA QUE NINGÚN ESTÁNDAR DEL MUNDO, O VALOR QUE LA GENTE ME QUIERA DAR PUEDA HACERME SENTIR INFERIOR, PUES SÉ QUE EL GRAN PODER DE ÉL ACTÚA EN MÍ ELEVANDO MI AUTOESTIMA.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Jehová Sabaot, Dios de los Ejércitos (2 Samuel 5:10). Mi Gran Dios y mi Señor, Jesucristo, Tú eres el ser más poderoso y el más grande guerrero en el universo, el general de tus ejércitos en el Cielo y en la Tierra, el Supremo Comandante en jefe. Hoy me apropio de estos atributos tuyos para entender que en Ti puedo hallar el poder de la fortaleza para mi ser interior, y está fundamentada en la absoluta convicción de lo que Tú puedes hacer conmigo y de mí, pues le has dado verdadero valor a mi vida y sé que siempre lo harás, pues como hijo de Dios cuento con tu gran poder actuando en mí permanentemente. Gracias Padre Santo por la fortaleza que solo Tú me puedes dar; he orado en el Poderoso Nombre de Jesús ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri

jueves, 3 de octubre de 2024

LAMENTACIÓN VS. RECONSTRUCCIÓN

 

LAMENTACIONES 3:19-24 (NTV) Recordar mi sufrimiento y no tener hogar es tan amargo que no encuentro palabras. Siempre tengo presente este terrible tiempo mientras me lamento por mi pérdida. No obstante, aún me atrevo a tener esperanza cuando recuerdo lo siguiente: ¡El fiel amor del Señor nunca se acaba! Sus misericordias jamás terminan. Grande es su fidelidad; sus misericordias son nuevas cada mañana. Me digo: "El Señor es mi herencia, por lo tanto, ¡esperaré en Él!".

 

Hoy, a través de la experiencia del profeta Jeremías, podemos aprender 6 maneras de encontrar esperanza en medio del dolor.

 

☝🏼 ¿Qué hace cuando su mundo se desmorona? ¿Cuándo lo despiden del trabajo? ¿Cuándo un ser querido se marcha? ¿Cuándo las últimas noticias mundiales le causan ansiedad?

Jeremías, un profeta del Antiguo Testamento, se hacía preguntas similares. En una época en la que Israel se enfrentaba a una crisis económica, al cautiverio y al hambre, Jeremías escribió "Lamentaciones", un libro en el que lamentaba el juicio de Dios sobre su pueblo y la destrucción de Jerusalén. Pero en medio de su angustia, cuando su mundo parecía desmoronarse, Jeremías se acordó de hacer seis cosas para reconstruir su vida, y que nosotros también podemos hacerlas en este tiempo; veamos:

 

1.     Descargar todas las frustraciones en Dios. Jeremías fue honesto con Dios y dijo cosas como: "Yo soy el que ha visto las aflicciones que provienen de la vara del enojo del Señor. Me llevó a las tinieblas, y dejó fuera toda luz" (Lamentaciones 3:1,2 NTV). Dios puede manejar su ira, frustración y aflicción.

2.    Desviar la atención del dolor hacia el amor de Dios. Después de concentrarse en sus problemas, Jeremías finalmente dirigió su atención a lo que sabía que era verdad acerca de Dios: "No obstante, aún me atrevo a tener esperanza cuando recuerdo lo siguiente: ¡El fiel amor del Señor nunca se acaba! Sus misericordias jamás terminan." (Lamentaciones 3: 21,22 NVT)

3.    Quedarse a solas con Dios y esperar. Esperar en Dios es una disciplina espiritual. Es literalmente sentarse en silencio y esperar a que Dios se mueva, ¡y lo hará! Jeremías dijo: "Que se queden solos en silencio bajo las exigencias del Señor. Que se postren rostro en tierra, pues quizá por fin haya esperanza". (Lamentaciones 3:28,29 NTV)

4.   Cambiar lo que se pueda cambiar. Hay muchas cosas que usted no puede cambiar, pero si puede mirar su vida y ver dónde necesita crecer o de qué necesita arrepentirse. Jeremías dijo: "Examinemos y pongamos a prueba nuestras conductas y volvamos al Señor". (Lamentaciones 3:40 NVI)

5.    Pedirle a Dios que le libere de sus temores. Eso hizo Jeremías, y Dios le respondió: "Te invoqué, y viniste a mí; 'No temas', me dijiste" (Lamentaciones 3:57 NVI). Dios quiere que vivamos libres de temores.

6.    Esperar que Jesús restaure su vida. Ore como Jeremías: "¡Restáuranos, oh Señor, y haz que regresemos a ti! ¡Devuélvenos la alegría que teníamos antes!" (Lamentaciones 5:21 NTV). Cuando usted se entrega a Dios y permite que le guíe de regreso a Jesús, Él le devolverá la alegría.

 

¡¡¡No importa cuán lleno de angustia se vea el mundo,

tenemos un Dios bondadoso y todopoderoso que nos ama, entonces

confiemos y esperemos en Él, con toda seguridad encontraremos

la esperanza, el propósito y el gozo que solamente Él puede darnos!!!

 

CONFESIÓN DE FE:

SEGUIRÉ EL EJEMPLO DEL PROFETA JEREMÍAS, PONIENDO POR OBRA EN MI VIDA ESAS SEIS COSAS PARA RECONSTRUIRLA, Y LO HARÉ CON DENUEDO EN LUGAR DE PERMANECER LAMENTÁNDOME, CAMBIARÉ LA QUEJA POR LA ALABANZA.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, El Emunah, Dios Confiable (Génesis 16:13). Mi amado Dios y Señor, Jesucristo, Tú eres Dios 100% fiel y por lo tanto confiable. Por eso hoy vengo clamando a Ti, Dios lleno de sabiduría, para que me ayudes a poder, sin condiciones, temores ni dudas, aceptar tus tiempos y tus planes para mi vida, con la seguridad y la convicción de que Tú sabes que es lo mejor para mí, y cuál es el momento adecuado y perfecto para recibir lo que en tu voluntad has determinado también para mí. Estoy dispuesto a esperar pacientemente en Ti, seguro de que todo saldrá bien, de acuerdo con tu buena, agradable y perfecta voluntad; por eso tendré un corazón sumiso a tus sabias instrucciones. Gracias mi amado Señor Jesucristo por tu dirección e instrucción permanentes para mi vida; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri

miércoles, 2 de octubre de 2024

SATISFACCIÓN & CONTENTAMIENTO

 

PROVERBIOS 3:5-7 (NTV) Confía en el Señor con todo tu corazón, no dependas de tu propio entendimiento. Busca su voluntad en todo lo que hagas, y Él te mostrará cuál camino tomar. No te dejes impresionar por tu propia sabiduría. En cambio, teme al Señor y aléjate del mal.

 

Satisfacción y contentamiento van de la mano, sin embargo la clave es que para hallar contentamiento y sentirnos satisfechos no debemos dejar que las circunstancias de la vida determinen nuestra actitud.

 

Si no tenemos problemas, entonces nos sentimos bien; cuando llegan, nuestro estado de ánimo decae. Pero no tenemos que vivir así. Al igual que el apóstol Pablo, podemos aprender y practicar el secreto de tener contentamiento, esto comienza por aceptar las cosas como son; y esto requiere que:

 

¡¡¡Desarrollemos una actitud de "lo puedo en Cristo"!!!

Significa aprender a introducir en nuestra debilidad el poder de Dios, 

para que podamos aceptar y adaptarnos a las cambiantes circunstancias; 

y cuando respondemos a la vida con esa manera de pensar,

no vivimos ya de acuerdo a nuestros sentimientos sino por fe

(2 Corintios 5:7)

 

☝🏼 La sumisión y la confianza son necesarias para un estilo de vida así:

1.     Tenemos que rendir nuestra voluntad a Dios.

En todas las situaciones debemos renunciar a lo que queremos, y aceptar lo que Dios nos conceda. Nuestro deseo de controlar las circunstancias es sustituido por la confianza en Él. Esta opción se vuelve más atractiva cuando entendemos que luchar contra nuestras circunstancias produce ansiedad y angustia.

2.    Confiar en que Dios observará nuestra situación específica.

Si creemos plenamente, sin temer ni dudar, que Dios está llevando a cabo su plan perfecto para nosotros, para nuestra vida, entonces experimentaremos el gozo que viene de confiar en Él. Tendremos contentamiento y entonces con toda seguridad conseguiremos satisfacción.

 

Pablo rindió su vida a Dios y confió en Él. Enfrentó insultos, el rechazo y muchas pruebas difíciles, pero aun así tenía contentamiento y satisfacción; lo mismo que le paso a Jesús; el apóstol nos ha llamado a que seamos imitadores de él, como él lo es de Cristo. (1 Corintios 11:1)

Si lo hacemos, entonces nosotros también conseguiremos, como Jesús y como Pablo, contentamiento y satisfacción.

 

CONFESIÓN DE FE:

SÉ QUE SI RINDO EL CONTROL DE MI VIDA Y LAS CIRCUNSTANCIAS AL SEÑOR JESÚS, Y CONFÍO EN QUE ÉL QUIERE LO MEJOR PARA MÍ, TAMBIÉN TENDRÉ CONTENTAMIENTO, Y SIN IMPORTAR LAS CIRCUNSTANCIAS ESTARÉ SATISFECHO; ENTONCES ASÍ LO HARÉ.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, El Simchat Gili, Dios la alegría de mi exaltación (Salmo 43:4). Mi amado Dios y Señor, Jesucristo, Tú eres fuente de tremenda alegría, satisfacción y contentamiento para todos nosotros, aquellos que te amamos, que confiamos en que Tú observas cada situación específica de nuestra vida y hemos rendido nuestra voluntad bajo tu control, seguros y convencidos de que tienes dispuesto lo mejor, en todas las áreas de ella; lo cual se manifiesta en la satisfacción y el contentamiento que mantenemos y transmitimos a los que nos rodean. Gracias mi Señor y Salvador Jesucristo por el gozo que has impartido a mi espíritu y que se manifiesta como fruto de este; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri

martes, 1 de octubre de 2024

VERDADERA BONDAD

 

FILIPENSES 3:7,8 (NTV) "Antes creía que esas cosas eran valiosas, pero ahora considero que no tienen ningún valor debido a lo que Cristo ha hecho. Así es, todo lo demás no vale nada cuando se le compara con el infinito valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por amor a Él, he desechado todo lo demás y lo considero basura a fin de ganar a Cristo".

 

Como verdaderos seguidores de Jesucristo, estamos llamados a imitar su bondad en nuestras relaciones con los demás, con la generosidad y el amor al prójimo como un estilo de vida que conocemos de Él.

 

💖 Historia de la vida real:

"Mis padres nos criaron allá en la selva llanera, a mis once hermanos y a mí, para que fuéramos "buenas personas". En casa, ser buena persona significaba obedecer a nuestros padres, decir la verdad, esforzarse en la escuela y el trabajo, ser generoso, y asistir a la iglesia, al menos, en Pascua y Navidad. Yo por lo general, asistía poco a la iglesia y no me consideraba "bueno". En algunos lugares de mi país ser "bueno" es el pasaje para ir al Cielo; no necesito creer en Cristo ni recibirle en el corazón, basta con ser "buena persona", cosa que no es así. Supongo que esta definición de ser una buena persona trasciende la cultura". (Anónimo)

 

Es más, el apóstol Pablo, en el pasaje que estudiamos hoy, usó la definición cultural de ser bueno para expresar algo más grande. Como Pablo era un judío devoto del primer siglo, seguía la ley moral al pie de la letra. Supuestamente había nacido en la familia "correcta", tenía la educación "correcta" y practicaba la religión "correcta". Era un buen hombre hecho y derecho, según la costumbre judía. En el versículo 4, Pablo escribe que podía jactarse de su bondad si quería; pero les explicó a sus lectores que no bastaba con ser bueno. No era suficiente ser generoso ni tener mucha humanidad. Hay gente que tiene el "don de gente" pero eso es algo natural o cultural o aprendido. Pablo sabía que, aunque era bueno ser bueno, no era lo mismo que agradar a Dios.

 

En el pasaje que estudiamos hoy, Pablo escribe que agradar a Dios supone conocer a Jesús. Consideraba su propia bondad, su "don de gente", su educación, o su campo cultural una "pérdida", al compararla con el "infinito valor de conocer a Cristo Jesús". Este conocimiento de Cristo Jesús por Pablo encierra no solamente una comprensión intelectual, sino un conocimiento experimental, que surge de su comunión personal con el Señor. Pablo está diciendo que iniciar, conservar, disfrutar y mantener una relación personal con el Señor, es la clave para reflejar la bondad de Cristo a otros.

 

La verdadera bondad no es la nuestra, sino la bondad de Cristo

que nace de nuestro caminar con Dios, y esa bondad no nos salva,

pero es una evidencia del valor del conocimiento de Cristo Jesús, pues…

¡¡¡Cuanto más conocemos al Señor, más de Su bondad reflejaremos!!!

 

Nuestra bondad humana y cultural pronto puede terminar, pero la bondad del Señor en nosotros crece constante y progresivamente. Nuestra bondad puede esperar algo a cambio, pero la bondad del Señor no. Nuestra bondad puede llevarnos a criticar, y a hacer las cosas por compromiso, o por contienda, o por vanagloria, y no con humildad.

 

Somos buenos, y agradamos a Dios, cuando nuestra esperanza y nuestra fe están puestas solo en Cristo, no en nuestra bondad. No es nuestra cultura de bondad la que busca Dios, sino la bondad que viene de Cristo como fruto de conocerlo a Él.

 

CONFESIÓN DE FE:

SÉ QUE LA VERDADERA BONDAD ES DEL SEÑOR, NO MÍA, Y SIEMPRE BUSCA LA GLORIA DE DIOS PADRE, ENTONCES ME ES NECESARIO CONOCERLO A ÉL Y SU BONDAD, PARA IMITARLA Y DISTINGUIRME ASÍ COMO UN VERDADERO HIJO DE DIOS Y EN ACCIÓN.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, El Rachum, Dios de Bondad y Compasión (Deuteronomio 4:31). Mi amado Dios y Señor, Jesucristo, yo sé que tu naturaleza es de bondad y amabilidad, y además estás lleno de compasión y sentimiento por tu pueblo. Por eso hoy te pido, Señor, ayúdame a recordar que conocer a Ti es el camino a la verdadera bondad, pues en Ti está naturalmente, y entonces los que creemos y confiamos en Ti podemos imitarla y desarrollarla como parte de nuestro estilo de vida, y así ponerla en acción con nuestros semejantes. Gracias mi amado Señor Jesucristo por tu abundante bondad manifestada en mi vida; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri