miércoles, 21 de mayo de 2025

GRACIA RESTAURADORA

 

LUCAS 15:11… 18-24 (NTV)

Para ilustrar mejor esa enseñanza, Jesús les contó la siguiente historia…

"Volveré a la casa de mi padre y le diré: 'Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de que me llamen tu hijo. Te ruego que me contrates como jornalero'".

Entonces regresó a la casa de su padre, y cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio llegar. Lleno de amor y de compasión, corrió hacia su hijo, lo abrazó y lo besó. Su hijo le dijo: "Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de que me llamen tu hijo".

Sin embargo, su padre dijo a los sirvientes: "Rápido, traigan la mejor túnica que haya en la casa y vístanlo. Consigan un anillo para su dedo y sandalias para sus pies. Maten el ternero que hemos engordado. Tenemos que celebrar con un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ahora ha vuelto a la vida; estaba perdido y ahora ha sido encontrado". Entonces comenzó la fiesta.

 

Los que sinceramente vuelven su rostro al Señor, y arrepentidos verdaderamente de corazón, son restaurados por la Gracia de Dios. (Leer Lucas 15:11-24)

 

La independencia es una cualidad muy valorada, la enseñamos a nuestros hijos, y la exigimos para nosotros mismos. Existen incluso estatuas y monumentos erigidos como homenajes a la autosuficiencia y a la libertad. Pero la historia bíblica del hijo pródigo nos muestra un aspecto menos positivo de la independencia; un aspecto que, lamentablemente, es parte de la naturaleza humana. El hijo rebelde se hace cargo de su propia vida, rechazando el amor y la protección de su padre. Por suerte, la historia no termina con el pecado del joven; termina con la demostración de la gracia restauradora de Dios.

 

¡¡¡La Gracia Restauradora de Dios se manifiesta como un regalo inmerecido

que transforma, sana y devuelve a los individuos a su estado original;

es un proceso que implica la reconciliación con Dios y la restauración de

la relación con Él, así como la recuperación de la propia identidad y propósito!!!

 

Pecar significa actuar independientemente de la voluntad de Dios; comienza con un deseo y luego la decisión de ejecutarlo. Cuando lo hacemos, nos encontramos, como el hijo pródigo, en una "provincia apartada", fuera y lejos de la voluntad de Dios. Mantenerse allí es vivir en el engaño, y nos engañamos al pensar que sabemos más que Dios, ignorando las consecuencias, entonces después viene la derrota. Por un tiempo, todo puede parecer estar bien, pero al igual que el hijo pródigo, descubrimos que nuestro camino lleva a la derrota. Hasta que finalmente, comenzamos a padecer de hambre espiritual y de carencias emocionales, lo que lleva a la desesperación, donde nuestras opciones son pocas y nada agradables. Pero al igual que la desesperación no es el final de la historia del hijo pródigo, tampoco tiene que ser el nuestro cuando pecamos.

 

💞 Jesús contó esta historia del amor perdonador del Padre Celestial, pues deseaba darnos a conocer la gracia restauradora de nuestro amoroso Dios, de la cual podemos ser beneficiarios.

 

CONFESIÓN DE FE:

SÉ QUE LA GRACIA RESTAURADORA DE DIOS TAMBIÉN ES PARA MÍ, Y ME ACOJO A ELLA, PUES MI SEÑOR LA HA DISPUESTO, Y ASÍ PUEDO VER, NO SOLO MI PECADO PERDONADO, SINO MI VIDA RESTAURADA A SU ESTADO ORIGINAL, Y LLENA DEL AMOR INAGOTABLE Y LA BENDICIÓN DE DIOS.

 

ORACIÓN:

Misericordioso Dios, El Chanun, Dios lleno de Gracia (Juan 1 :16,17). Mi amado Dios y Señor, Jesucristo, hoy te pido, sabiduría para entender que no puedo ser mi propio Dios, ni labrar mi propia felicidad, ni puedo ser mi propio Cristo para restaurarme el gozo, ni puedo ser mi propio Espíritu Santo para que me cuide, me enseñe, me guíe y me gobierne. Señor, que hoy, por fin pueda comprender que es solo por tu Gracia que yo vivo y disfruto de todas las bendiciones y bondades que llegan de tu mano. Estoy plenamente convencido de que, si hoy entiendo y vivo en este principio, el genuino agradecimiento brotará de mi corazón y la vanidad se despedazará por la acción vigorosa de tu Palabra. De cuantas ataduras seré libre hoy, si comprendo y vivo en tu gracia. Soy lo que soy, tengo lo que tengo y hago lo que hago, solo por la Gracia de Dios. Gracias Padre Celestial por tu Gracia; he orado en el Poderoso Nombre de Jesús ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri