BENDITOS
EFESIOS 1:3-8 Toda la alabanza sea para Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales en los lugares celestiales, porque estamos unidos a Cristo. Incluso antes de haber hecho el mundo, Dios nos amó y nos eligió en Cristo para que seamos santos e intachables a Sus ojos. Dios decidió de antemano adoptarnos como miembros de Su familia al acercarnos a Sí mismo por medio de Jesucristo. Eso es precisamente lo que Él quería hacer, y le dio gran gusto hacerlo. De manera que alabamos a Dios por la abundante gracia que derramó sobre nosotros, los que pertenecemos a Su Hijo amado. Dios es tan rico en gracia y bondad que compró nuestra libertad con la sangre de Su Hijo y perdonó nuestros pecados. Él desbordó Su bondad sobre nosotros junto con toda la sabiduría y el entendimiento. (N.T.V.)
© De las bendiciones permanentes de Dios para nosotros Sus hijos.
Todos experimentamos períodos de dificultad en la vida. En esos tiempos dolorosos, es posible que sintamos que Dios no está bendiciéndonos. Pero aun así, estamos experimentando muchos de sus dones maravillosos, a pesar del hecho de que ellos escapen a nuestra atención o percepción.
He aquí varios ejemplos de las bendiciones que podemos disfrutar siempre:
1. Escogidos. Estamos seguros que nuestro Dios Todopoderoso nos escogió antes de la fundación del mundo (Vs.4). Y debido a que nos adoptó como hijos Suyos (Vs.5), podemos sentirnos especiales y amados pues el Soberano del universo nos eligió.
2. Perdonados. Jesús nos dio la salvación por medio de Su muerte y resurrección (Vs.7). Nos redimió del pecado, que causa la separación de Dios y lleva finalmente a la muerte. En consecuencia, recibimos una naturaleza nueva y el perdón diario de nuestros pecados (2 Corintios 5:17; 1 Juan 1:9).
3. Protegidos. El Espíritu Santo mora en nuestro interior. Él guía, advierte el peligro y nos llena, por lo que siempre tendremos un abogado y consuelo. También nos sella, y por eso nuestra vida eterna está asegurada (Efesios 1:13).
4. Asegurados. Nuestro Padre nos prepara una herencia imperecedera (1 Pedro 1:4). Podemos experimentar problemas momentáneos, pero podemos mirar hacia delante y ver la eternidad que nos espera en la presencia de Dios, donde no habrá sufrimiento.
En medio de las situaciones dolorosas, puede ser fácil sentir como que la mano de Dios no está posada en nuestras vidas. Pero los creyentes tenemos bendiciones espirituales maravillosas en todo momento, pues somos escogidos y perdonados, y estamos protegidos y asegurados por nuestro Dios Todopoderoso.
CONFESIÓN DE FE:
SIN LOS CUATRO DONES PERMANENTES, O REGALOS DE DIOS, ANTES MENCIONADOS, EL TEMOR Y EL VACÍO SERÍAN ABRUMADORES. POR TANTO LE EXPRESARE SIEMPRE MI GRATITUD, AUN EN LOS PERIODOS DE DIFICULTAD.
ORACIÓN:
Padre Celestial, Elohim Chaiyim, Dios Viviente (Jeremías 10:10). Jehová eres el Dios verdadero; el Dios vivo y Rey eterno; estás vivo y eres el dador de vida, Padre Santo y Poderoso, has creado la vida y todo lo que vive, quieres dar vida eterna y abundante. Gracias Dios mío, gracias por esos dones inefables, que no tienen explicación en cuanto a la incondicionalidad con los que los repartes; ayúdame Señor a que yo pueda aplicarlos, no solo a mi vida, como una verdad de peso, sino también propagarlos en mi entorno, a mis semejantes. Gracias Señor Jesús, El Yeshuati, el Dios de mi Salvación, gracias mi Señor y mi Salvador por todas las bendiciones. Amén.
Juan Manuel Lamus O.