IMPÍOS
GÉNESIS 37:3-5 Jacob amaba a José más que a sus otros hijos porque le había nacido en su vejez. Por eso, un día, Jacob mandó a hacer un regalo especial para José: una hermosa túnica. Pero sus hermanos lo odiaban porque su padre lo amaba más que a ellos. No dirigían ni una sola palabra amable hacia José. Una noche José tuvo un sueño, y cuando se lo contó a sus hermanos, lo odiaron más que nunca. (N.T.V.)
GÉNESIS 41:39,40 Entonces el faraón le dijo a José: Como Dios te ha mostrado todo esto a ti, no existe nadie más sabio e inteligente que tú. Tú estarás a cargo de mi palacio y toda mi gente obedecerá tus órdenes. El faraón será el único con más poder que tú. (P.D.T.)
© Dios utiliza a todos, hasta a los impíos; aquellos incrédulos que no respetan lo sagrado y de cuando en cuando se hacen llamar ateos.
Cuando no entendemos lo que Dios hace, o por qué, sus caminos nos parecen desconcertantes. Cuando los impíos parecen triunfar sobre los justos nos preguntamos por qué no interviene el Señor. Pero la verdad es que Él utiliza con frecuencia a los impíos para lograr sus propósitos. (Leer Génesis Capítulos 37 al 41)
José se enfrentó a muchas personas duras de corazón durante sus años en el exilio. Sus hermanos lo enviaron a Egipto (Génesis 37:28). La esposa de su jefe lo acusó de un delito terrible (Génesis 39:16-18), y aun a quienes ayudó, como el copero de Faraón, se olvidaron de él (Génesis 40:23). Las acciones (o aparente falta de acciones) de Dios no tenían sentido en ese momento, pero después que se escribió de forma total la historia de la vida de José, fue evidente que todos los que habían causado algún daño o abandonado al joven, tuvieron parte en el plan de Dios. El Señor utilizó a muchas personas a lo largo de varios años para poner en el poder y en el momento justo, sin que nadie lo esperara, a un joven hebreo y humillado, para salvar a sus parientes de los efectos de la hambruna.
En nuestras circunstancias, podemos ver las acciones de Dios solo desde nuestra condición humana. Experimentamos los hechos que Él ha permitido o causado, pero no podemos discernir lo que está pensando. Muchas veces, las metas y los propósitos de Dios están ocultos de nosotros hasta que sus planes se realizan. Debido a que Dios es soberano sobre toda la tierra, podemos tener la seguridad de que Él tiene el control de cada situación y de que está obrando en favor de sus hijos.
CONFESIÓN DE FE:
LOS IMPÍOS PUEDEN TRIUNFAR POR UN TIEMPO, PERO LA VICTORIA FINAL Y ETERNA LE PERTENECE A CRISTO Y A NOSOTROS, SUS FIELES, LEALES Y FIRMES SEGUIDORES. YO SOY UNO DE ELLOS Y SÉ QUE SOY MÁS QUE VENCEDOR EN ÉL.
ORACIÓN:
Padre Celestial, El Tzadik, Dios Justo y Salvador (Isaías 45:21). Dios Todopoderoso, se que todo lo que haces y dices es recto. Aunque haya mucha maldad en el mundo, Tu eres completamente justo en todas tus obras, y estoy plenamente convencido que eventualmente, harás todo justo. Es por eso que hoy clamo a Ti para que yo, parado firme en esta verdad absoluta, pueda permanecer fiel y leal a Ti, sin importar lo que los impíos puedan alcanzar o querer de mi parte, pues en Ti tengo la victoria, la que mi Cristo ganó en la Cruz del Calvario para mí. Gracias mi Señor y Salvador Jesucristo por tu victoria inapelable que es también la mía. Amén.