miércoles, 6 de julio de 2016

GALARDONES

 

HEBREOS 6:10-12 Porque Dios no es injusto para olvidar la obra de ustedes y el amor que han demostrado por su Nombre, porque han atendido a los santos y lo siguen haciendo.  Pero deseamos que cada uno de ustedes muestre la misma diligencia para ir logrando plena certidumbre de la esperanza hasta el final,  a fin de que no sean perezosos sino imitadores de los que, por la fe y la paciencia, heredan las promesas. (R.V.A.'15)


©  De los galardones de un fiel, leal y buen servidor.

Por su gracia, Dios da la salvación gratuitamente a quienes ponen su fe en Jesús. No podemos ganarnos este regalo, y tampoco lo merecemos, pero nuestro Padre Celestial sí observa nuestras buenas obras, y promete galardones, es decir recompensarnos según lo que hemos hecho para Él.

 

El servicio tiene lugar cuando dejamos que el Señor obre por medio de nosotros, para su honra y gloria; cuando los recursos Divinos satisfacen las necesidades humanas mediante nosotros, y el mismo Señor nos estimula:

 

APOCALIPSIS 22:12 He aquí Yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra. (V.R.V.)

 

Ya sea grande o pequeño, todo servicio hecho en el Nombre de Jesús será bendecido, galardonado. Pero debemos asegurarnos de que nuestras acciones sean para la gloria de Cristo. Si la motivación es nuestra propia gloria, la única recompensa que recibiremos será la alabanza, si acaso, de las personas que nos rodean, y sabemos que la aprobación de los hombres no satisface ni es duradera. Si bien algunas recompensas serán dadas en el cielo, otras pueden tenerse ahora. Por ejemplo, la alegría que sentimos al permitir que Dios bendiga a otros por medio de nosotros, y agradar a Cristo. Además, hay un profundo sentido de satisfacción cuando conducimos a una persona a Jesús y le enseñamos a andar por fe, haciéndola un discípulo de Cristo. Servir a los demás es una gran bendición y una responsabilidad. Debemos considerar sinceramente cuál es nuestra motivación, para estar seguros de que nuestro propósito es glorificar a Cristo, solo así recibiremos las recompensas que nos serán dadas no solo en la eternidad, sino también acá en la Tierra.

 

CONFESIÓN DE FE:

SÉ QUE LA MEJOR MANERA DE SERVIR A DIOS ES HACERLO POR AMOR A ÉL. YO LO HARÉ, NO SOLO ESPERANDO LAS RECOMPENSAS DE HONRA, SINO TAMBIÉN POR AMOR A ÉL, A SU PUEBLO Y PORQUE ÉL ME HA LLAMADO.

 

ORACIÓN:

Dios mío, Padre Santísimo, Elohim Kedem, Dios del Principio (Deuteronomio 33:27). Tú, Dios Todopoderoso, siempre fuiste, eres y serás; sé que eres antes de todas las cosas en tiempo y en prioridad y debes ser primero que todo en nuestros afectos. Gracias Padre Celestial por haberme escogido para servir a Ti y a tu pueblo, gracias porque también sé  que los galardones que debo esperar vienen de Ti y no de los hombres, ayúdame a no envanecerme y perseverar en la búsqueda de tu Presencia para recibir la instrucción correcta para hacerlo y estar consciente de que esas recompensas son parte de la honra que solo Tú puedes darme. Gracias mi Señor, he orado en el Poderoso Nombre de Jesús. Amén.


Juan Manuel Lamus O.