ESCLAVIZADOS
PROVERBIOS 22:7 El rico domina a los pobres, y el que toma prestado es esclavo del que presta. (R.V.A.'15)
© Librándonos de ser esclavizados por las deudas.
La deuda personal se ha disparado en nuestra cultura occidental. El crédito fácil, el deseo de bienes materiales y la falta de voluntad para ahorrar y esperar, han llevado a muchas personas a la esclavitud financiera. La Biblia no prohíbe el préstamo, pero nos advierte claramente sus consecuencias. El versículo que estudiamos hoy describe al prestatario como el esclavo del prestamista.
Dos aspectos principales que debemos tener en cuenta acerca de las deudas:
1. Pérdida de Libertad.
Cada peso que usted pide prestado le cuesta cierta medida de libertad. Sus ingresos ya no le pertenecen totalmente; tendrá que poner aparte algo de ellos para pagar a su acreedor y, cuando se acumulen los intereses, la carga financiera puede requerir más horas de trabajo. Para el cristiano, tener que pagar deudas obstaculiza a menudo su capacidad de dar a la obra del Señor o de ayudar a las personas necesitadas. En vez de tener la primera parte, Dios recibe las sobras o no recibe nada en absoluto.
2. Consecuencias Dolorosas.
Las consecuencias de acumular deudas van más allá de la cuestión monetaria. La carga de más y más facturas por pagar crea estrés. Los problemas económicos son una de las principales causas de divorcio, por ejemplo. Incluso nuestra relación con el Señor se ve afectada cuando dejamos que nuestro apetito por las cosas del mundo sea mayor que nuestra obediencia a los preceptos bíblicos. Aunque Dios promete suplir nuestras necesidades, con mucha frecuencia nos adelantamos a Él y solo proveemos para nosotros mismos con "planes de pago fáciles".
La próxima vez que usted sienta la tentación de comprar a crédito una cosa que no necesite realmente, ¡deténgase! Váyase a su casa, y pregunte al Señor si Él quiere que usted la tenga. Si es así, pídale que se la dé, y después espere confiando en su promesa de bendición a la obediencia.
CONFESIÓN DE FE:
SÉ QUE LA VERDADERA LIBERTAD FINANCIERA LA CONSIGUEN QUIENES CONFÍAN EN LAS PROMESAS DEL SEÑOR, EN VEZ DE LAS TARJETAS DE CRÉDITO, ASÍ QUE SERÉ PRUDENTE Y SABIO, SI ES QUE NECESITO UTILIZARLAS.
ORACIÓN:
Padre Celestial, Jehová Jireh, Dios que Provee (Génesis 22:14). Mi amado Rey y Señor, estoy plenamente convencido que Tú todo lo ves y estás consciente de nuestras falencias y necesidades, y sé también que te has comprometido a proveer por las necesidades de tu pueblo amado, los que en Ti confiamos y en Ti creemos. Por eso vengo a tu Presencia hoy, con la firme intención de fortalecer allí mi templanza, esa que se ha dado como fruto de mi espíritu, de caminar de tu mano en los principios y valores que has impartido a mi vida, de manera que sea sabio y prudente en el manejo de mis finanzas, aplicando la mayordomía que me has enseñado, y no tener que recurrir a los préstamos que me pueden esclavizar. Gracias Dios Todopoderoso por ser mi absoluto proveedor. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús. Amén.