viernes, 26 de agosto de 2016

RENDIR CUENTAS

 

SANTIAGO 5:13-16  ¿Alguno de ustedes está pasando por dificultades? Que ore. ¿Alguno está feliz? Que cante alabanzas. ¿Alguno está enfermo? Que llame a los ancianos de la iglesia, para que vengan y oren por él y lo unjan con aceite en el Nombre del Señor. Una oración ofrecida con fe, sanará al enfermo, y el Señor hará que se recupere; y si ha cometido pecados, será perdonado. Confiésense los pecados unos a otros y oren los unos por los otros, para que sean sanados. La oración ferviente de una persona justa tiene mucho poder y da resultados maravillosos. (N.T.V.)


©  El rendir cuentas es bíblico.

Hay abundantes mandatos bíblicos en cuanto a rendirnos cuentas unos a otros. Pero, para muchos, la idea de revelar información personal parece negativa o incluso una invasión de la privacidad. Tal confesión parece ser un obstáculo para la búsqueda del gozo, la prosperidad y el prestigio. La mayoría de las personas prefieren ser reservadas y no involucrar a nadie más en sus asuntos.

 

La Biblia, sin embargo, en el pasaje que estudiamos hoy deja claro que los cristianos deben apoyarse mutuamente en este sentido (Vs.16). La rendición de cuentas en el Cuerpo de Cristo es un principio bíblico. Los miembros de la iglesia se sujetan a su pastor (Hebreos 13:17). Pablo nos dice que nos sometamos unos a otros (Efesios 5:21). Sin embargo, él era responsable ante la iglesia (Hechos 14:27), así como Timoteo estaba subordinado a él (1 Timoteo 4:13-16). Los apóstoles estaban, por supuesto, bajo la autoridad de Jesús (Lucas 10), así como Jesús estaba sometido al Padre (Juan 8:28,29). Y, lógicamente, la Biblia nos dice que toda la iglesia está sujeta al Señor Jesucristo (Efesios 5:24). Independientemente de la posición de la persona, todo el mundo es responsable ante alguien. Y esto es válido para toda la familia de la fe, desde la congregación hasta el Señor mismo, quien sirvió a Dios Padre.

 

Las personas evitan rendir cuentas por diversas razones, entre ellas orgullo, ignorancia y temor. Esta es una actitud peligrosa, pues nuestro enemigo conoce nuestras debilidades y sabe cómo explotarlas, pero podemos vencer con el apoyo de nuestros hermanos en la fe, mediante el poder del Cuerpo de Cristo.

 

CONFESIÓN DE FE:

CREO QUE ES BENEFICIOSO PARA MI VIDA EL TENER A ALGUIEN A QUIEN RENDIR CUENTAS, ASÍ QUE ME SOMETERÉ SIN CONDICIONES Y DE MANERA QUE NO LE DÉ LA OPORTUNIDAD AL ENEMIGO DE TRABAJAR CON MIS DEBILIDADES.

 

ORACIÓN:

Dios Todopoderoso, El Ohay, el Señor es mi Dios (Zacarías 14:5). Soberano Rey y Señor mío, gracias quiero darte hoy por tu gobierno sobre mi vida, pues ha sido la mejor forma de entender y experimentar que el estar sometido a autoridad, teniendo a quien rendir cuentas, es lo más beneficioso para mi vida en todas las áreas, pues estoy plenamente convencido, y por conocimiento de causa, que la autosuficiencia y autonomía pueden ser muy peligrosas cuando pretendemos confiar solamente en nuestra propia prudencia. Gracias por permitirme estar bajo tu yugo, el cual has prometido que es fácil y de gran bendición para mi vida, pero también ayúdame para rendir cuentas a mis superiores como si fuera a ti mismo. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús. Amén.


Juan Manuel Lamus O.