TRANSIGIR
1 REYES 11:1-5…11 Pero el rey Salomón amó, además de la hija del faraón, a muchas otras mujeres extranjeras: moabitas, amonitas, edomitas, sidonias y heteas; de los pueblos de los que el Señor había dicho a los hijos de Israel: "No se unan a ellos ni ellos se unan a ustedes, no sea que hagan desviar sus corazones tras sus dioses". A estas Salomón se apegó con amor. Tuvo setecientas mujeres reinas y trescientas concubinas. Y sus mujeres hicieron que se desviara su corazón. Y sucedió que cuando Salomón era ya anciano, sus mujeres hicieron que su corazón se desviara tras otros dioses. Su corazón no fue íntegro para con el Señor su Dios, como el corazón de su padre David… Entonces el Señor dijo a Salomón: "Por cuanto ha habido esto en ti y no has guardado mi pacto y mis estatutos que yo te mandé, ciertamente arrancaré de ti el reino y lo entregaré a un servidor tuyo. (R.V.A.'15)
© La mina terrestre de la transigencia, es decir consentir en parte con lo que no se cree justo, razonable o verdadero. (Leer 1 Reyes 11:1-13)
Las minas terrestres cuidadosamente camufladas son mortíferas armas de guerra. Si un soldado pisa una, sin darse cuenta, sufrirá lesiones graves o la muerte. Lo que es cierto en las batallas físicas, también lo es en el mundo invisible.
En el camino de todo cristiano hay minas terrestres espirituales, que causan un gran daño a los creyentes incautos que las pisan al transigir. Uno de tales peligros ocultos es el claudicar o ceder. El rey Salomón es un trágico ejemplo de un hombre que por transigir resultó lesionado por esta mina terrestre espiritual. Dios lo preparó con una sabiduría incomparable para que gobernara a Israel, y le dio la tarea de construir su Templo, pero, a pesar de estas bendiciones, su corazón comenzó a alejarse del Señor, siguió sus propios deseos, y se casó con muchas mujeres extranjeras que lo llevaron a la idolatría. Su corazón no se apartó de repente, sino que hubo un lento proceso de malas decisiones que violaban los mandamientos de Dios.
Muchas veces, pensamos que un pequeño paso que nos aleja de Dios no es tan malo; después de todo, siempre podemos regresar. Pero satanás está esperando ese paso y tan pronto como usted lo da, él gana. Ahora tiene un punto de apoyo y redoblará sus esfuerzos para llevarlo aún más lejos, de ahí en adelante, cada paso que usted da es más fácil y pronto estará alegando que eso realmente no es pecado. Dejarse llevar por los demás puede ser dañino, rompe la comunión con Dios, y por ignorar al Espíritu Santo, sus fuerzas para resistir la tentación se debilitan. Puesto que los incrédulos son dados a ver la hipocresía en los cristianos, eso también arruina su testimonio. No dé ese primer paso.
CONFESIÓN DE FE:
ME MANTENDRÉ FIRME EN MIS CONVICCIONES Y FIEL AL SEÑOR, NO PERMITIRÉ QUE LA TRANSIGENCIA EXPLOTE EN MI VIDA COMO UNA PELIGROSA MINA TERRESTRE Y ME LESIONE ESPIRITUALMENTE, NO DARÉ ESE PELIGROSO PASO.
ORACIÓN:
Padre Celestial, El Kana, Dios Celoso (Éxodo 34:14). Gracias Padre porque eres en mí, Presencia de Vida Perpetua. Sé que no hay nada que pueda separarnos porque soy parte de Ti, esa parte que siempre cuidas y velas con esmero, paciencia, sabiduría, perdón y misericordia. Cuántas veces he sentido tus manos levantándome cuando he estado caído, y sé, que habrás de levantarme cuantas veces sean necesarias, porque confías en mí y en que saldré siempre adelante. Gracias por el Amor-Hijo hecho carne, por el Espíritu que nos cubre, envuelve y alimenta con tu verdad a cada instante. Humilde y rendido ante tu Presencia recibo con fe lo que en mis manos pones. Acepto lo que debes darme y es así en mí, tu voluntad, ahora y siempre. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús. Amén.