martes, 13 de diciembre de 2016

BUENA TIERRA

 

MARCOS 4:8,9 Pero otras semillas cayeron en tierra fértil, y germinaron y crecieron, ¡y produjeron una cosecha que fue treinta, sesenta y hasta cien veces más numerosa de lo que se había sembrado! Luego les dijo: El que tenga oídos para oír, que escuche y entienda. (N.T.V.)


©  Corazón recto y bueno; ¿eres buena tierra para la semilla que Jesús lanza?

Hay muchos en la tierra que no han experimentado la fe verdadera, tan solo de palabra, razón por la cual no producen el fruto esperado por Dios.

 

En la parábola del sembrador (Marcos 4:1-9), la semilla que cayó en buena tierra es la cuarta tierra, que representa; "el que oye y entiende la palabra y da fruto" (Mateo 13:23); y también dice: "Mas la que cayó en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia" (Lucas 8:15). Entonces, los de "corazón recto y bueno" son los que entienden la palabra de Dios, son los que la retienen y dan fruto gracias a su constancia y firmeza. Hay una notable relación entre "entender" y "llevar fruto", solo cuando uno entiende es que puede dar fruto, pero la base para esto es tener un corazón recto y bueno, un corazón dispuesto a oír y a aprender, es decir ser buena tierra para la semilla. Ahora bien: ¿qué clase de fruto puede uno llevar? Hay diferentes clases de fruto, pero uno de los principales es el fruto de ganar almas para Cristo, decía Pablo:

ROMANOS 1:13-15 Quiero que sepan, amados hermanos, que me propuse muchas veces ir a visitarlos, pero, hasta el momento, me vi impedido. Mi deseo es trabajar entre ustedes y ver frutos espirituales tal como he visto entre otros gentiles. Pues siento una gran obligación tanto con los habitantes del mundo civilizado como con los del resto del mundo, con los instruidos y los incultos por igual. Así que estoy ansioso por visitarlos también a ustedes, que están en Roma, para predicarles la Buena Noticia. (N.T.V.)

 

La nueva vida se abre camino desde el lecho de muerte con una semillita que nosotros podemos lanzar sin mirar cómo, cuándo, dónde ni a quién. Todos los días tenemos infinidad de oportunidades para mostrar a nuestros semejantes que hay un nuevo comienzo, que generalmente inicia cuando alguna otra cosa termina. Cuando dejamos que el pecado muera en nuestro corazón, encontramos nueva vida en Cristo. Ahora, debemos tener en cuenta que no todos los creyentes son iguales, no todos tiene la disposición de pagar el precio, por eso Jesús al declarar la parábola del sembrador, sitúa a cada individuo para que tome decisiones. Haz de tu corazón tierra fértil, tierra buena, para que la semilla que Dios lanza en el por medio de su Palabra y el actuar de su Espíritu Santo en tu vida, germine, crezca grande y poderosa y pueda romper todos esos lazos que te puedan estar atando a una muerte espiritual; da fruto, el Señor lo espera.

 

CONFESIÓN DE FE:

APROVECHARÉ DE MANERA DILIGENTE CADA OPORTUNIDAD QUE ME DA DIOS PARA DAR FRUTO SEGÚN EL GÉNERO DE LA SEMILLA QUE SIEMBRA EN EL NUEVO CORAZÓN, BUENA TIERRA, QUE ME HA DADO POR MEDIO DE JESUCRISTO.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, El Chanun, Dios lleno de Gracia (Juan 1:16,17). Mi amado Rey y Señor, hoy quiero darte gracias Dios mío, pues por medio del sacrificio de tu hijo Jesucristo me has dado un nuevo corazón que es buena tierra para recibir las semillas que Tú lanzas, con la seguridad que la Presencia de que tu Espíritu Santo en mi vida, las regara con su agua pura y viva para que germinen de una manera poderosa y a veces increíble, que solo por medio de mi fe y tu aliento cumplirán su propósito y darán el fruto que Tú esperas. Ayúdame Señor a lanzar esa semilla de tus buenas nuevas a todo aquel que Tú pongas en mi camino. Gracias mi Señor y Salvador Jesucristo por tu Palabra que es semilla buena para mi vida. Amén.


Juan Manuel Lamus O.