EMPUJAR
JEREMÍAS 29:11 Pues Yo sé los planes que tengo para ustedes, dice el señor. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza. (N.T.V.)
© Al empujar siguiendo las instrucciones de Dios y confiando en sus planes para nuestra vida, con seguridad obtendremos los resultados que Él espera de nosotros: incremento de fe y fortaleza de carácter.
Cuentan que un muy buen hombre, que vivía en el campo, tenía problemas físicos, debilidad en todo su cuerpo. Un día se le apareció Jesús y le dijo:
- Necesito que vayas hacia aquella gran roca de la montaña, y te pido que la empujes día y noche durante un año.
El hombre quedó perplejo cuando escuchó esas palabras, pero obedeció y se dirigió hacia la enorme roca de varias toneladas que Jesús le mostró. Empezó a empujarla con todas sus fuerzas, día tras día, pero no conseguía moverla ni un milímetro. A las pocas semanas llegó el diablo y le puso pensamientos en su mente:
- ¿Por qué sigues obedeciendo a Jesús? Yo no seguiría a alguien que me haga trabajar tanto y sin sentido. Debes alejarte, ya que de nada sirve que sigas empujando esa roca, nunca la vas a mover.
El hombre trataba de pedirle a Jesús que le ayudara para no dudar de su voluntad, y aunque no entendía se mantuvo firme en su decisión de empujar. Con los meses, desde que salía el sol hasta que se ocultaba, aquel hombre empujaba la enorme roca sin poder moverla, mientras tanto su cuerpo cambiaba, sus brazos y piernas se fortalecían por el esfuerzo de todos los días. Cuando se cumplió el tiempo, el hombre elevó una oración a Jesús y le dijo:
- Ya he hecho lo que me pediste, pero he fracasado, no pude mover la piedra ni un centímetro.
Entonces se sentó a llorar amargamente pensando en su muy evidente fracaso. Jesús apareció en ese momento y le dijo:
- ¿Por qué lloras? ¿Acaso no te pedí que empujaras la roca? Yo nunca te pedí que la movieras. Ahora, mírate, tu problema físico ha desaparecido. No has fracasado, yo he conseguido mi meta, y tú fuiste parte de mi plan.
Muchas veces al igual que este hombre, vemos como ilógicas las situaciones, problemas y adversidades de la vida, entonces empezamos a buscarle lógica, nuestra lógica, a la voluntad de Dios y viene el enemigo y nos dice que no servimos, que somos inútiles o que no podemos seguir. La reflexión de hoy es un llamado a "empujar" sin importar qué tantos pensamientos de duda ponga el enemigo en nuestras mentes, pongamos todo en las manos de Jesús, y Él por medio de su voluntad nunca nos hará perder el tiempo, más bien, nos hará ser más fuertes.
CONFESIÓN DE FE:
CONFIARÉ SIEMPRE EN EL SEÑOR DE TODO CORAZÓN Y NO EN MI PROPIA PRUDENCIA; LO RECONOCERÉ EN TODA CIRCUNSTANCIA CON LA SEGURIDAD DE QUE ÉL TRABAJA POR MI BIEN. CONTINUARÉ EMPUJANDO Y CONFIANDO EN SUS PLANES PARA MI VIDA.
ORACIÓN:
Padre Celestial, El Shaddai, Dios Todopoderoso y Suficiente (Génesis 17:1). Señor Jesús, Dios benigno, amoroso y misericordioso, hoy sé que tu voluntad para mi vida es buena, agradable y perfecta; y que trabajas con planes que de pronto no sean lógicos para mí, pero que, con absoluta seguridad, siempre darán en mi vida frutos de bendición, de crecimiento espiritual, además de incrementar mi fe y fortalecer mi carácter, llevándome así a la estatura y la plenitud de un varón maduro y preparado para enfrentar las circunstancias de la vida como vengan. Gracias Dios mío porque Tú sabes lo que es bueno para mí y me encaminas en ello, ayúdame a escucharte y obedecerte, para continuar empujando en la vida. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús. Amén.