¡VIVIRÁ!
JUAN 11:25,26 Jesús le dijo:
- Yo Soy la resurrección y la vida. El que cree en Mí vivirá aun después de haber muerto. Todo el que vive en Mí y cree en Mí jamás morirá. ¿Lo crees, Marta? (N.T.V.)
© Todo el que cree en Cristo gozará de la resurrección de los muertos ¡Vivirá!
Una tarde fría de noviembre, estaba yo sentado con el ataúd de mi madre frente a mí. ¿Cuántas veces había yo estado en los cementerios, dando consuelo y la Palabra de Dios a quienes habían perdido a un ser querido? Pero esta era mi primera experiencia de estar al otro lado del ataúd. Mientras estaba allí, me vino de repente a la cabeza un pensamiento aterrador: ¡¿Y si no hay resurrección?!
Deseché de inmediato esta idea, por mi fe y mi confianza en Cristo. Pero había durado el tiempo suficiente para mí, para sentir el desaliento y la desesperanza que produjo en mí tal idea. (Anónimo)
Para ayudarnos a valorar la victoria de Cristo sobre la tumba, consideremos:
© ¿Qué habría pasado finalmente con la vida y la muerte sin la resurrección?
1. Primero que todo, Jesús estaría muerto todavía. Eso significa que nuestra fe en Él sería inútil, y que nuestro mensaje al mundo sería una mentira. Y no solo eso, sino que el mismo Jesús sería un mentiroso, ya que afirmó que resucitaría de los muertos.
2. No habría perdón de los pecados, ninguna posibilidad de reconciliación con Dios, y ninguna esperanza del cielo.
3. Aun los creyentes que han muerto a lo largo de la historia habrían perecido eternamente, y no tendríamos ninguna esperanza de reencuentro con nuestros seres queridos.
4. Sin la resurrección, el destino de todo el mundo después de la muerte sería el infierno.
Pero, gracias a Dios, ninguno de estos escenarios es cierto. Nuestro Salvador vive, nuestros pecados son perdonados, la muerte ha sido derrotada y los creyentes en Cristo tienen la seguridad de una eternidad en el Cielo (Juan 3:16).
© Todo el que cree en Cristo como su Señor y Salvador Vivirá (Juan 11:25)
CONFESIÓN DE FE:
DESPUÉS DE CONSIDERAR LO ANGUSTIADOS QUE ESTARÍAMOS SIN LA RESURRECCIÓN, REGOCIJÉMONOS AUN MÁS POR LA GRANDEZA DE NUESTRA SALVACIÓN GRACIAS A JESÚS; ¡VIVIREMOS!
ORACIÓN:
Señor Jesús, El Yeshuati, Dios de mi Salvación (Isaías 12:2). Dios Misericordioso, Tú mismo eres la fuente de salvación y has querido salvar a toda la humanidad por medio del sacrificio de tu hijo Jesús, pero más que eso nos has dado la oportunidad de la resurrección, por eso es que cada individuo debe personalmente conocerlo como el "Dios de Mi Salvación". Gracias Padre Celestial porque hoy podemos regocijarnos en esta absoluta verdad, nuestro Salvador vive, nuestros pecados han sido perdonados, la muerte ha sido derrotada y tenemos la seguridad de una vida eterna y gloriosa al lado tuyo en el cielo. He orado en el Poderoso Nombre de nuestro señor Jesucristo resucitado. Amén.