INCESANTES
NEHEMÍAS 1:4-7 Cuando oí esto, me senté a llorar. De hecho, durante varios días estuve de duelo, ayuné y oré al Dios del Cielo, y dije: "Oh Señor, Dios del Cielo, Dios grande y temible que cumples tu pacto de amor inagotable con los que te aman y obedecen tus mandatos, ¡escucha mi oración! Mírame y verás que oro día y noche por tu pueblo Israel. Confieso que hemos pecado contra Ti. ¡Es cierto, incluso mi propia familia y yo hemos pecado! Hemos pecado terriblemente al no haber obedecido los mandatos, los decretos y las ordenanzas que nos diste por medio de tu siervo Moisés". (N.T.V.)
© De cómo mantenerse incesante, fuerte y firme por la oración.
(Leer Nehemías 1:1-11)
Nehemías era un hombre que vivía sobre sus rodillas. Cada vez que necesitaba orientación, fuerzas, ayuda o protección, su primera respuesta era la oración. Por su humilde e incesante dependencia de Dios, Él pudo usarlo poderosamente para llevar a cabo sus propósitos. Este principio sigue siendo cierto para los creyentes hoy. El Señor puede usarnos de la manera más impresionante si lo buscamos incesantemente en oración y nos ponemos a su disposición.
Para seguir el ejemplo de Nehemías, de dependencia en la oración, debemos:
1. Reconocer a Dios como el Soberano del universo. (Vs.5).
Aunque Él es nuestro Padre tierno y Amigo fiel, no debemos olvidar que es también nuestro sublime y exaltado Creador, cuya santidad está más allá de nuestra comprensión. Nunca pensemos en Dios como "el de allá arriba", ni vengamos a su Presencia de una manera frívola.
2. Acercarse a Dios para confesar el pecado. (Vs.6,7)
Nehemías respetaba la avasallante Santidad de Dios, y por eso se acercaba a Él con confesión, reconociendo su pecado, el de su padre y el de Israel (Vs.6,7). No podemos ocultar, negar o recrearnos en el pecado, y esperar que el Señor escuche y responda nuestras oraciones. La pureza de corazón y el poder de Dios están unidos. Necesitamos la sensibilidad para reconocer cuándo nos hemos desviado y la disposición para encarar de inmediato al pecado.
La razón por la que Nehemías se mantenía tan fuerte y tan firme, no se debía a sus capacidades naturales, sino a una relación de dependencia del Señor mediante la incesante oración.
CONFESIÓN DE FE:
NO ME APRESURARÉ A ENFRENTAR EL DÍA SIN APARTAR TIEMPO PARA ENTRAR EN EL TRONO DE DIOS PARA BUSCAR SU DIRECCIÓN, ASÍ PODRÉ ASEGURAR QUE MI VIDA ESTÉ BAJO LA VOLUNTAD BUENA, AGRADABLE Y PERFECTA DE ÉL, Y A SU DISPOSICIÓN.
ORACIÓN:
Padre Celestial, Elohim Mikarov, Dios que está cerca (Jeremías 23:23). Dios y Señor mío, por gracia TÚ estas cerca y al alcance de nosotros hoy en día, sin importar nuestra condición, así que este debe ser un factor que me llame a buscarte incesantemente, con persistencia y constancia, pues seguro habré de encontrarte, de hecho, ya ha sucedido y tu Presencia ha traído beneficios maravillosos a mi vida, una serie de tesoros que nunca habría podido imaginar. Es por eso por lo que hoy quiero darte gracias, mi amado Señor, y decirte que permaneceré en tu búsqueda, sin importar las circunstancias de espacio, lugar o condición en las que me pueda encontrar. Gracias mi amado Señor y Salvador Jesucristo por estar siempre cerca de mí. Amén.