MOMENTOS
JOSUÉ 1:8 Nunca se aparte de tu boca este libro de la Ley; más bien, medita en él de día y de noche, para que guardes y cumplas todo lo que está escrito en él. Así tendrás éxito y todo te saldrá bien. (RVA'15)
♥ De los momentos que nos sustentan.
La meditación es parte vital de nuestra relación con Dios, sin embargo, es dejada de lado por muchos creyentes.
Por tanto, comencemos por lo fundamental y hagámonos la importante pregunta:
♥ ¿Cómo se puede meditar?
1. Debemos dedicarnos a leer la Palabra de Dios.
Si queremos escuchar el mensaje del Señor, debemos profundizar en las Escrituras. Este no es un simple libro; es el mismísimo mensaje de Dios a su pueblo. Tenemos las Escrituras para conocer más al Señor. Como mayordomos fieles de este regalo maravilloso, debemos hacerlo parte integral de nuestras vidas.
2. Debemos aprender a responder piadosamente a Dios al leer Su Palabra.
Cuando leamos un pasaje de la Biblia, debemos elevar esa Palabra al Cielo como una oración. Confirmamos el mensaje de la Biblia mostrando a nuestro Padre Celestial que estamos de acuerdo con lo que Él ha dicho.
3. Debemos aplicar la Palabra.
La Biblia no está aquí simplemente para darnos información; fue dada para que la obedezcamos, para que seamos hacedores de ella y no tan solo oidores. (Santiago 1:22)
4. Debemos someternos a la Voluntad de Dios.
Si dedicamos tiempo para escuchar seriamente al Señor, Él nos revelará sus planes para nuestra vida. Si aplicamos lo que hemos escuchado, la meditación se volverá cada vez más instintiva para nosotros y escucharemos la voz del Señor con regularidad.
Dios tiene un mensaje particular para usted, así que es imperativo que se tome el tiempo para escuchar lo que le está diciendo.
♥ Si lo hace, disfrutará de la riqueza de su relación con Él.
CONFESIÓN DE FE:
RESERVARÉ UN MOMENTO MUY ESPECIAL EN MI COTIDIANIDAD, PARA INVERTIRLO EN LA MEDITACIÓN, CONOCIMIENTO Y APLICACIÓN DE LA PALABRA DE DIOS, NO SOLO POR EL SUSTENTO QUE ESTO APORTA A MI VIDA, SINO TAMBIÉN POR DISCIPLINA Y OBEDIENCIA.
ORACIÓN:
Padre Celestial, El Emet, Dios de la Verdad (Salmo 31:5). Mi amado Señor Jesús TÚ eres la fuente última de la realidad, pues todo lo que se relaciona contigo es verdad y es real. En tu Palabra dices que si conocemos esa verdad, que eres Tú mi Señor, seremos libres, es por eso por lo que hoy me acerco a Ti en busca de tu Palabra cierta, para meditar en ella y hacer conforme a todo lo que Tú dices en ella, de manera que no solo me vea grandemente beneficiado yo, sino que también pueda compartirla con todos aquellos que todavía no te conocen y que te necesitan para ser verdaderamente libres. Gracias mi amado Señor y Salvador Jesucristo por tu Palabra y las enseñanzas poderosas que en ella nos entregas para bendición; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!
Juan Manuel Lamus O.