jueves, 20 de junio de 2024

AUDACIA Y ARREPENTIMIENTO

 

HECHOS 2:4-12 (NTV) Y todos los presentes fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otros idiomas, conforme el Espíritu Santo les daba esa capacidad. En esa ocasión, había judíos devotos de todas las naciones, que vivían en Jerusalén. Cuando oyeron el fuerte ruido, todos llegaron corriendo y quedaron desconcertados al escuchar sus propios idiomas hablados por los creyentes. Estaban totalmente asombrados.

-       "¿Cómo puede ser? exclamaban. Todas estas personas son de Galilea, ¡y aun así las oímos hablar en nuestra lengua materna! Aquí estamos nosotros: partos, medos, elamitas, gente de Mesopotamia, Judea, Capadocia, Ponto, de la provincia de Asia, de Frigia, Panfilia, Egipto y de las áreas de Libia alrededor de Cirene, visitantes de Roma (tanto judíos como convertidos al judaísmo), cretenses y árabes. ¡Y todos oímos a esta gente hablar en nuestro propio idioma acerca de las cosas maravillosas que Dios ha hecho!".

Quedaron allí, maravillados y perplejos.

-       "¿Qué querrá decir esto?", se preguntaban unos a otros.

 

Existen otros signos o evidencias de la presencia del Espíritu Santo en la vida de los creyentes, que se suman al fruto del amor y sus rasgos, y son igualmente importantes para trabajar en la obra de Dios y vivir esa vida digna prometida.

 

¡¡¡La audacia para predicar el Evangelio de salvación

y llevar al arrepentimiento de pecado a las personas,

también son frutos del Espíritu Santo, herramientas y signos

de su impartición y llenura en los corazones de quienes lo reciben!!!

 

Cuando el Espíritu Santo fue derramado sobre los discípulos en la fiesta de Pentecostés, esto fue visible a través de varios signos: hubo un sonido como de viento impetuoso, lenguas divididas como de fuego se posaron sobre las cabezas de los apóstoles, y comenzaron a hablar en otras lenguas. La gente de muchos países, que estaba en Jerusalén para la fiesta, quedó asombrada, y se preguntaban:

"¿No son galileos todos estos que hablan? ¿Y cómo es que nosotros oímos, cada uno en su propia lengua materna?". (Vs.7,8 Par.)

 

Estas señales eran visibles y audibles para todos, y la gente estaba asombrada. Pero el milagro que se produjo en el corazón de la gente fue aún mayor: los apóstoles hablaron la Palabra de Dios con valentía, y más de 3000 personas se salvaron (Hechos 2:41-47; 4:31-33). Pues eso es exactamente lo que Jesús había prometido: el Espíritu Santo convencía a la gente de pecado, de justicia y de juicio. Y esta obra del Espíritu no fue temporal como el sonido del viento y las lenguas como de fuego. El Señor añadía creyentes día tras día, y los apóstoles seguían predicando el Evangelio con denuedo.

 

¿Se da cuenta usted de que la audacia en la predicación y el arrepentimiento son frutos del Espíritu Santo tanto como el amar y hablar en otras lenguas?

 

CONFESIÓN DE FE:

SÉ QUE LA LLENURA DEL ESPÍRITU SANTO TAMBIÉN PRODUCE EN MÍ UNA AUDACIA ESPECIAL PARA PREDICAR EL EVANGELIO Y LA CAPACIDAD DE LLEVAR A LA GENTE AL ARREPENTIMIENTO DE PECADO PARA QUE PUEDAN RECONOCER A JESÚS COMO SU SALVADOR, ENTONCES NO PERDERÉ LAS OPORTUNIDADES PARA PONER EN ACCIÓN ESOS FRUTOS.

 

ORACIÓN:

Dios y Señor nuestro, El Yeshuati, el Dios de Salvación (Isaías 12:2). Amado Espíritu Santo de Dios y Señor Jesús, eres la fuente de salvación y quieres salvar a tu creación, y por lo tanto lleno de Ti estoy llamado a predicar tu Evangelio con audacia. y así poder ser luz de bendición para mis semejantes arrepentidos. Hoy clamo a Ti para que no pierda yo el ánimo, el hambre y la sed de conocer más de Ti y para compartirlo con los demás. Te pido el espíritu de revelación de tu verdad de manera que sea arraigada por el Espíritu Santo en mi corazón y puesta en práctica en mi cotidianidad. Gracias Padre Celestial por escogerme y empoderarme para ir; he orado en el Poderoso Nombre de Jesús ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri