lunes, 24 de noviembre de 2025

LECCIÓN DE VIDA (Parte 2)

 

SALMO 55:22 (NTV)

Entrégale tus cargas al Señor, y Él cuidará de ti; no permitirá que los justos tropiecen y caigan.

 

El viernes pasado establecimos que una lección de vida que transforma el corazón es que, soltar no es rendirse, es confiar que cuando entregamos las cargas a Dios, recuperamos la libertad y la paz interior que habíamos perdido.

 

Pero no basta con entender esta enseñanza, hay que vivirla. Hoy quiero compartirles algunos pasos prácticos para aplicar esta lección de vida en el día a día:

Identifique sus cargas. Descubra y reconozca qué le está robando la paz.

Entréguelas en oración. Hable con Dios como con un amigo.

Practique la gratitud. Agradezca incluso en medio de la incertidumbre.

Ayude a otros. A veces aliviar la carga de alguien más, aligera la suya.

Cree hábitos de descanso espiritual. Un momento de silencio o meditación y oración, puede renovar su energía.

 

Otra acción que nos ayuda a alivianar nuestras cargas es la generosidad, que se convierte en medicina para el alma. La vida se vuelve más liviana cuando compartimos lo que tenemos, y no hablo solo de cosas materiales, sino de tiempo, atención y palabras de ánimo. Cuando damos sin esperar nada a cambio, ocurre algo hermoso: el corazón se llena mientras las manos se vacían. Esa es una enseñanza espiritual que el mundo necesita recordar. (Hechos 20:35)

 

☝🏼 La pregunta es: ¿Cómo aplicar esta enseñanza hoy mismo?

Estas son algunas ideas sencillas para transformar esta reflexión en acción:

💞 Llame a alguien que usted sabe que necesita escuchar una palabra de ánimo.

💞 Dedique unos minutos del día a orar por las personas que le preocupan.

💞 Done ropa, alimentos o su tiempo a quien lo necesite.

💞 Perdone a quien le ha herido, aunque no lo merezca.

💞 Sonría más; nunca se sabe quién necesita esa chispa de esperanza.

Cada uno de estos gestos es una semilla de fe que puede impactar y cambiar más vidas de las que usted imagina.

 

¡¡¡Cuando soltamos las cargas y abrimos el corazón, entendemos que

cada experiencia, incluso las dolorosas, tiene un propósito Divino; pues Dios usa todo

para moldear nuestro carácter y enseñarnos compasión, y esa comprensión nos libera 

del resentimiento y nos impulsa a vivir con propósito, amor y esperanza!!!

 

La próxima vez que sienta el peso del mundo sobre sus hombros, recuerde esta sencilla lección de vida: no necesita cargarlo todo; deje el vaso, descanse, respire y confíe.

 

CONFESIÓN:

LO QUE DIOS QUIERE NO ES QUE YO CREA QUE SOY MUY FUERTE, SINO QUE PERMITA QUE SU FUERZA SEA LA QUE ME SOSTENGA; ENTONCES ENTREGARÉ MIS CARGAS A ÉL, DARÉ CON GENEROSIDAD A LOS DEMÁS Y DE ESA MANERA SÉ QUE SE CUMPLIRÁ EL PROPÓSITO DE VIDA QUE ÉL DETERMINÓ PARA MÍ.

 

ORACIÓN:

Dios y Señor mío, Elohim Mauzi, Dios de mi Fortaleza (Salmo 27:1). Mi amado Rey y Señor Jesucristo, yo sé que Tú llevaste la carga más grande que haya podido existir, los pecados de toda la humanidad, y nunca te quejaste, ni pusiste en duda lo que el Padre Celestial tenía como propósito con esto, y por medio de esta actitud, valiente y esforzada, nos diste la oportunidad de una nueva vida; no tendré nunca como pagarte, pero te pido que me ayudes para que las cargas que me tocan, hagan de mí una persona mejor, más esforzada, más valiente y más sabia  cada a día. Gracias mi Señor y Salvador Jesucristo porque hoy puedo decir como el salmista: El Señor es mi luz y mi salvación, entonces ¿por qué habría de temer? El Señor es mi fortaleza y me protege del peligro, entonces ¿por qué habría de temblar? He orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri