SALMO 40:16,17 Gócense y alégrense en Ti todos los que te buscan, Y digan siempre los que aman tu salvación: Jehová sea enaltecido. Aunque afligido yo y necesitado, Jehová pensará en mí. Mi ayuda y mi libertador eres Tú; Dios mío, no te tardes. (V.R.V.)
© De cómo mantenernos gozosos en el Señor.
Aunque algunas personas usan las palabras felicidad y gozo como sinónimos, hay una inmensa diferencia en su significado.
© La primera depende totalmente de las circunstancias y una decisión que tomamos.
© En cambio, el gozo es un regalo de Dios que hace posible que los creyentes encuentren paz y esperanza, incluso cuando la vida se les esté viniendo abajo.
Sin embargo, hay tiempos en que los cristianos viven sin gozo. Por supuesto, la conducta pecaminosa es una razón. Pero también puede haber otras razones, entre ellas el remordimiento por los errores del pasado, el temor a futuras calamidades o un patrón de descontento arraigado en nuestra personalidad.
Si usted sigue a Jesús, pero carece de gozo, dedique un momento para recordar quién es Cristo y quién es usted en Él. Para comenzar, tiene la salvación eterna y su nombre está escrito en el libro de la vida del Cordero. El amor del Todopoderoso es incondicional y el Espíritu que mora en usted nunca le abandonará. Él sabe todo lo que usted enfrenta y promete proveer para sus necesidades. (Filipenses 4:19)
Si usted se detiene a pensar en las maravillosas bendiciones que tiene en Cristo, lo más probable es que la gratitud le abrumará. Es posible que todavía sienta tristeza por sus circunstancias, pero el gozo del Señor le sostendrá aun en medio del dolor más profundo.
© ¿Le sostiene el gozo del Señor, tanto en los buenos como en los malos tiempos?
© ¿O las pruebas le dejan sentimientos de desánimo y descontento?
CONFESIÓN DE FE:
NUESTRO PADRE CELESTIAL NOS OFRECE LA FORTALEZA PARA SOPORTAR CUALQUIER CIRCUNSTANCIA EN LA VIDA. RECORDARE SIEMPRE EL INMENSO TESORO QUE TENGO EN ÉL Y EN SUS PROMESAS PARA VIVIR GOZOSO.
ORACIÓN:
Padre Santo y Poderoso, El Simchat Gili, Dios la alegría de mi exaltación y mi gozo eres Tu (Salmo 43:4). Mi amado Padre y Señor, se que hoy puedo, gracias a tu amor y misericordia incondicional, orar como dice el salmista: Envía tu luz y tu verdad, que ellas me guíen. Que me lleven a tu monte santo, al lugar donde vives. Allí iré al altar de Dios, a Dios mismo, la fuente de toda mi alegría. Te alabaré con mi arpa, ¡oh Dios, mi Dios! ¿Por qué estoy desanimado? ¿Por qué está tan triste mi corazón? ¡Pondré mi esperanza en Dios! Nuevamente lo alabaré, ¡mi Salvador y mi Dios! Gracias mi amado Señor y Salvador Jesucristo, por ser la fuente de mi alegría, mi gozo y mi exaltación. Amén.
Juan Manuel Lamus O.