CONGRUENTES
EFESIOS 4:13-15 Ese proceso continuará hasta que todos alcancemos tal unidad en nuestra fe y conocimiento del Hijo de Dios que seamos maduros en el Señor, es decir, hasta que lleguemos a la plena y completa medida de Cristo. Entonces ya no seremos inmaduros como los niños. No seremos arrastrados de un lado a otro ni empujados por cualquier corriente de nuevas enseñanzas. No nos dejaremos llevar por personas que intenten engañarnos con mentiras tan hábiles que parezcan la verdad. En cambio, hablaremos la verdad con amor y así creceremos en todo sentido hasta parecernos más y más a Cristo, quien es la cabeza de su cuerpo, que es la iglesia. (N.T.V.)
© Seamos congruentes, que se nos note el Cristo que mora en nosotros.
El semáforo se puso en amarillo justo cuando él iba a cruzar en su automóvil y, como era de esperar, hizo lo correcto: se detuvo antes de la línea de paso para los peatones, a pesar de que podría haber rebasado la luz roja, acelerando a través de la intersección. La mujer que estaba en el automóvil detrás de él estaba furiosa. Le tocó la bocina por un largo rato e hizo comentarios negativos en alta voz, ya que por culpa suya no pudo avanzar a través de la intersección, y para colmo, se le cayó el celular y se le regó el maquillaje. En medio de su pataleta, oyó que alguien le tocaba el cristal del lado. Allí, parado junto a ella, estaba un policía mirándola muy seriamente. El oficial le ordenó salir del automóvil con las manos arriba, y la llevó a la comisaría donde la revisaron de arriba abajo, le tomaron fotos, las huellas dactilares y la pusieron en una celda. Después de un par de horas, un policía se acercó a la celda y abrió la puerta. La señora fue escoltada hasta el mostrador, donde el agente que la detuvo estaba esperando con sus efectos personales:
- "Señora, lamento mucho este error", le explicó el policía.
- "Le mandé a bajar mientras usted se encontraba tocando la bocina fuertemente, queriendo pasarle por encima al automóvil de adelante, maldiciendo, gritando improperios y diciendo palabras soeces. Mientras la observaba, me percaté que de su retrovisor cuelga una cruz, su carro tiene en su parachoques una calcomanía que dice "¿Qué haría Jesús en mi lugar?", su placa tiene un borde que dice "Yo escojo la Vida", otro calcomanía en el vidrio trasero que dice "Sígueme el domingo a la Iglesia" y, finalmente, el emblema cristiano del pez".
- "Como es de esperarse, supuse que el auto era robado".
Esta simpática historia muestra la importancia de ser congruentes entre lo que creemos y lo que hacemos. Para ser cristiano no basta con ir a culto los domingos o leer la Biblia de vez en cuando, porque el cristianismo es un estilo de vida, el estilo de vida de Jesús, lo demás es religión. Y quien está en religión, no importa cuál sea, recuérdalo, está perdiendo su tiempo su esfuerzo y la eternidad, pues Dios quiere relación no religión, la religión no salva, tan solo Cristo nos puede dar la vida eterna. Así que la próxima vez que vayas en el auto, o de compras al supermercado, o te encuentres atendiendo algún cliente, o compartiendo con tus amigos, recuerda que el mundo te está mirando y espera ver a Jesús en ti.
CONFESIÓN DE FE:
PROCURARE CON DILIGENCIA SER CONGRUENTE EN LO QUE HAGO CON LO QUE CREO, PARA SER FACTOR DEL CONOCIMIENTO VERDADERO DE DIOS PARA MIS SEMEJANTES.
ORACIÓN:
Padre Celestial, El Rahee, Dios que me ve (Génesis 16:13). Mi amado Rey Señor Tú conoces todos mis pensamientos y mis sentimientos, por eso hoy te pido desde lo más profundo de mi corazón que me ayudes a ser congruente en lo que pienso y siento, con lo que actúo. Ayúdame Señor a ser un buen cristiano y poder reflejar en mi actuar la plenitud de tu Gloria, de poder ser un varón maduro, espiritualmente, y cuidadoso del testimonio que ayudará a que otros puedan conocerte plena y realmente, y no religiosamente. Gracias mi Señor y Salvador Jesucristo por tu modelaje. Amén.
Juan Manuel Lamus O.