miércoles, 2 de abril de 2025

CONFESIÓN & SANIDAD

 

SANTIAGO 5:16 (NTV)

Confiésense los pecados unos a otros y oren los unos por los otros, para que sean sanados. La oración ferviente de una persona justa tiene mucho poder y da resultados maravillosos.

 

La sanación ocurre en comunidad, de ahí la importancia de trabajar en grupos pequeños, para lograr efectividad en la ayuda de los unos a los otros.

 

¡¡¡Es casi imposible superar los miedos y fracasos por nuestra propia cuenta!!!

Dios nos diseñó para necesitar de otras personas, y es por eso que

debemos ser honestos, no solo con Dios, sino con otras personas,

acerca de las tentaciones, debilidades, temores y heridas

 

📖 Bien dice la Palabra: (Eclesiastés 4:9-10 NVI)

Es mejor ser dos que uno, porque ambos pueden ayudarse mutuamente a lograr el éxito. Si uno cae, el otro puede darle la mano y ayudarle; pero el que cae y está solo, ese sí que está en problemas.

Estamos programados para necesitarnos los unos a los otros, nunca estuvimos destinados a enfrentar los problemas de la vida solos.

 

En el Nuevo Testamento, la frase "los unos a los otros" aparece 58 veces. Se nos dice que nos amemos unos a otros, que nos ayudemos unos a otros, que oremos unos por otros y que nos animemos unos a otros. Para eso están las iglesias y los grupos pequeños. No somos solo creyentes; somos pertenecientes. Solo encontramos verdadera sanación en comunidad porque Dios nos programó para necesitarnos unos a otros. Su comunidad de creyentes puede llevarle a través de cualquier cosa, incluso una crisis de fe. La palabra en Job 6:14 (NTV) dice:

"Un hombre desesperado debería tener el apoyo de sus amigos, aun cuando hubiera pecado contra el Todopoderoso."

Cuando nos cuesta creer, los verdaderos amigos dicen: "Creeremos por ti. Te ayudaremos a superar esto". Ese es el tipo de amistad que Dios quiere para usted.

 

Entonces, ¿cómo encuentra sanidad en su pequeño grupo o iglesia? El versículo base que estudiamos hoy tiene la respuesta: La sanación viene de compartir; y es que revelar sus sentimientos es el comienzo de la sanación. Este paso puede ser difícil por orgullo; usted podría pensar: "Se lo diré a Dios, pero no a nadie más". Pero esta es la verdad, si solo quiere perdón, solo dígale a Dios; pero si quiere sanar, dígaselo a alguien más. Cuando es abierto con otras personas sobre sus luchas, se humilla; y eso es algo bueno, porque Dios da gracia a los humildes.

 

Si quiere ver un cambio en su vida, tiene que ser honesto, consigo mismo y con los hermanos en la fe de confianza que le rodean, pues la sanación ocurre en comunidad.

 

CONFESIÓN DE FE:

ESTOY COMPLETAMENTE CONVENCIDO DE QUE, CONFESAR MIS DEBILIDADES DE CARÁCTER A DIOS Y A ALGUIEN MÁS, CONSAGRADO A ÉL, ME MANTIENE FUERTE Y LIBRE EN MI COMUNIÓN CON EL SEÑOR, LO GLORIFICA Y ME LLEVA A SU LUZ, LA CUAL IRRADIARÁ PAZ Y GOZO A MI VIDA, Y A LA DE LOS QUE ME RODEAN.

 

ORACIÓN:

Dios Padre, Elohim Selichot, Dios del Perdón (Nehemías 9:17). Mi amado Señor Jesucristo, hoy sé, y por conocimiento de causa, que está en tu naturaleza, como Dios Todopoderoso que eres, el perdonar, pues Tú me has demostrado con creces que tu deseo es concedernos total perdón. Gracias quiero darte hoy por estar siempre dispuesto para perdonar el pecado a aquellos que nos acercamos a Ti a confesarlo, con verdadero arrepentimiento y convicción, pero también por disponer personas consagradas a Ti para que me ayuden en el proceso, de manera que nos limpias y liberas de las tinieblas para gozarnos en tu Luz admirable, que a la vez traerá, como consecuencia, gozo y paz a nuestras vidas. Gracias Padre Celestial por proveer el mecanismo indefectible para nuestra confesión de pecados a Ti y el perdón que nos devuelve a la Luz de Jesús; he orado en su Poderoso Nombre ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri