miércoles, 23 de abril de 2014

PERDIDO

PERDIDO

 

JUAN 3:1-7 Había un hombre llamado Nicodemo, un líder religioso judío, de los fariseos. Una noche, fue a hablar con Jesús: Rabí, le dijo, todos sabemos que Dios te ha enviado para enseñarnos. Las señales milagrosas que haces son la prueba de que Dios está contigo.

Jesús le respondió:

-       Te digo la verdad, a menos que nazcas de nuevo, no puedes ver el reino de Dios.

¿Qué quieres decir? exclamó Nicodemo. ¿Cómo puede un hombre mayor volver al vientre de su madre y nacer de nuevo? Jesús le contestó:

-       Te digo la verdad, nadie puede entrar en el reino de Dios si no nace de agua y del Espíritu. El ser humano sólo puede reproducir la vida humana, pero la vida espiritual nace del Espíritu Santo. Así que no te sorprendas cuando digo: "Tienen que nacer de nuevo". (N.T.V.)

 

©      De lo que es ser religioso y estar perdido.

Nicodemo probablemente sería bienvenido en cualquier iglesia hoy. Parece ser el miembro ideal: con principios, bien informado, moralmente recto, cortés y humilde. Sin embargo, tenía dos grandes problemas, estaba ciego a la verdad y estaba muerto espiritualmente.

 

El hombre estaba perdido. Es decir, no tenía una relación con Dios por medio de Jesucristo. Como fariseo, Nicodemo era fiel a las estrictas regulaciones y leyes del judaísmo; por tanto, era realmente religioso. Pero el problema de la persona que está perdida no es las actitudes, la conducta o incluso el carácter. Podemos cambiar y controlar esas cosas a fuerza de voluntad, y muchas personas hacen eso. Pero lo que la gente necesita verdaderamente es un cambio de su naturaleza básica. Venimos a este mundo con la inclinación natural de alejarnos de Dios. Jesús le dijo al ilustre rabí que toda su bondad exterior no podía borrar, sustituir o cambiar su naturaleza, sino que toda persona que desee ser aceptada por Dios debe nacer de nuevo. El Señor Jesús le prometió a Nicodemo que si lo recibía como Salvador, entonces empezaría a tener una vida completamente nueva. Su naturaleza pecaminosa sería transformada, para que pudiera tener una verdadera relación con Dios. En vez de "tener la apariencia" de ser un hombre religioso, Nicodemo sería un creyente verdadero. Nadie entrará al cielo por sus buenas obras y su buena conducta. Cuando estemos delante de Dios, lo único que importará será si nuestra vieja naturaleza fue cambiada.

 

CONFESIÓN DE FE:

SÉ QUE ES NECESARIO MOSTRAR A DIOS EL ESPÍRITU SANTO QUE RECIBÍ CUANDO JESÚS VINO A MI VIDA COMO SEÑOR Y SALVADOR, Y A MIS SEMEJANTES SIMPLEMENTE VERÁN EL NUEVO HOMBRE QUE NACIÓ A RAÍZ DE ESTO.

 

ORACIÓN:

Señor Jesús, El Chaiyai, Dios de mi vida (Salmo 42:8). Mi amado Señor y Salvador, Tú, el Fuerte, eres la fuente de toda vida, Tú das vida nueva, incluyendo la vida eterna, a quienes en Ti confiamos y en Ti creemos. Por eso hoy vengo a tu presencia en acción de gracias por tan soberano beneficio, porque Tú me has hecho una nueva creatura; también vengo a pedirte que me ayudes a ser valiente y esforzado para que mi naturaleza pecaminosa, que ha sido transformada por Ti, pueda yo dominarla por medio del nuevo espíritu que me has dado, y se manifieste en todo lo que hago y digo el nuevo hombre que ha nacido. Gracias mi Señor y Salvador Jesucristo por darme la oportunidad de una nueva vida junto a Ti, y no estar perdido. Amén.

 
Juan Manuel Lamus O.