martes, 1 de noviembre de 2016

LA META

 

GÁLATAS 2:20,21 Mi antiguo yo ha sido crucificado con Cristo. Ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Así que vivo en este cuerpo terrenal confiando en el Hijo de Dios, quien me amó y se entregó a Sí mismo por mí. Yo no tomo la gracia de Dios como algo sin sentido. Pues, si cumplir la ley pudiera hacernos justos ante Dios, entonces no habría sido necesario que Cristo muriera. (N.T.V.)


©  Nuestro crecimiento como cristianos debe llevarnos a la meta, la santificación.

En la vida cristiana hay una meta, expresada por Dios de esta manera: 

ROMANOS 8:29 Sabemos que a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo a fin de que Él sea el primogénito entre muchos hermanos. (R.V.A.'15)


©  Este proceso se conoce como santificación. 

Se identifican varias etapas en el trayecto hacia esa meta, pero la mayoría de los creyentes no están familiarizados con ellas. Permítame ofrecerle algunas definiciones, para que conozca dónde se encuentra en ese camino, y sepa qué debe esperar en cada etapa:

1. Salvación: La salvación es la primera etapa de la vida cristiana. Se refiere a nuestra redención del pecado gracias al sacrificio expiatorio de Cristo. Como resultado recibimos el perdón, que nos permite tener una relación con el Todopoderoso.

2. Servicio: Después, Dios nos da la oportunidad de servirle (Efesios 2:10). Fuimos creados para hacer buenas obras en el nombre de Jesús.

3. Incompetencia: Luego, el comienzo de la tercera etapa es un sentimiento frustrante de incompetencia. Esta desagradable pero necesaria parte del camino, puede variar en tiempo. Sin ella, nos sentiríamos autosuficientes y orgullosos. Debemos reconocer que, aunque difícil, esta fase es hermosa, porque nos conduce a la mejor parte de nuestra vida espiritual.

4. Dependencia: La total dependencia del Señor Jesús como el Señor de nuestra vida. Y entonces estaremos logrando nuestra meta final.

5. Imagen y Semejanza: Convertirnos en un verdadero reflejo de Cristo.

 

Lamentablemente, muchos cristianos no llegan al punto de una absoluta confianza en el Señor. Pablo nos recuerda que fijemos nuestros ojos en la meta de madurez en Cristo (Filipenses 3:14). 

 

CONFESIÓN DE FE:

SÉ QUE APRENDER A MORIR A MÍ MISMO ES DOLOROSO, PERO IRÓNICAMENTE, TAMBIÉN SÉ QUE ES EL ÚNICO CAMINO VERDADERO A LA META DE SANTIFICACIÓN, PARA CONVERTIRME EN UN VERDADERO REFLEJO DE JESUCRISTO.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Jehová Mekaddesh, El Señor que Santifica, que me hace Santo (Levítico 20:8). Dios mío has dejado claro en tu Palabra que sólo Tú, y no la ley, puedes limpiar a tu pueblo y hacerlo santo. Por esto quiero darte gracias, por haberme escogido para ser parte de tu pueblo, sé que eres el artífice de mi transformación, el que diseñó el proceso de santificación que me ha llevado a cada día buscar el poder ser más como Cristo, de manera que mi forma de pensar y actuar sea conforme a su modelo de vida y no al del mundo actual. Gracias mi Señor Jesús por ayudarme en este proceso de santificación y transformación; sí, yo quiero y estoy decidido a llegar a la estatura y la plenitud tuya, a la madurez espiritual que Tú quieres y has diseñado para mí. Amén.


Juan Manuel Lamus O.