MANDAMIENTO
ÉXODO 20:12 Honra a tu padre y a tu madre. Entonces tendrás una vida larga y plena en la tierra que el Señor tu Dios te da. (N.T.V.)
© ¿Cómo honrar a nuestra madre?
"Honra… a tu madre" no es una sugerencia, es un mandamiento que no tiene excepciones. Dios estableció esta directriz para el pueblo de Israel, porque un hogar respetuoso era crucial para el futuro éxito de la nación.
Lo mismo cuenta para nosotros hoy. Dios nos bendice cuando honramos a nuestras madres con palabras y acciones:
1. Ámela incondicionalmente.
Estamos llamados a amar a nuestra madre como Dios lo hace. Él no puso condiciones a Su amor por nosotros con expectativas y requisitos que debíamos cumplir primero. Nos prodigó Su amor aun siendo pecadores (Romanos 5:8).
2. Perdónela compasivamente.
Puesto que no existen madres perfectas, tendremos que perdonarlas. Si su madre parece dura o poco afectiva, demuéstrele compasión. Ella puede haber experimentado sufrimientos siendo niña, que hirieron su espíritu.
3. Recuérdela con gratitud.
Dé gracias a su madre en este Día de las Madres por todo lo que hizo por usted cuando era niño. Pero no deje que eso termine ahí. No hay nada más doloroso que sentirse olvidado. Haga espacio para ella en su apretada agenda. Después de todo, ella hizo innumerables sacrificios por usted.
4. Trátela con amabilidad.
Deje saber a su madre que ella es valorada. Tómese el tiempo para escuchar con atención sus palabras, y ayúdela cuando tenga alguna necesidad.
© ¿Su madre se siente honrada y amada por usted?
© ¿Qué puede hacer usted para poner una sonrisa en su rostro?
CONFESIÓN DE FE:
COMO ADULTOS, ES FÁCIL DISTANCIARNOS DE NUESTRAS MADRES, PUES LA VIDA SE VUELVE MUY OCUPADA. TENGAMOS COMO NORMA ORAR POR ELLA CADA DÍA, Y CONTACTARLA A MENUDO.
ORACIÓN:
Dios Todopoderoso, Jehová El Shaddai, Dios el Todo Suficiente (Génesis 17:1). Mi amado Dios y Señor, Tú me has enseñado que "Shad" significa "pecho" en hebreo; y Tú como una madre que amamanta, nutres y satisfaces completamente a Tus hijos y tomas cuidado de todas sus necesidades. Pues hoy quiero darte gracias por haber puesto en las madres estos mismos atributos, que por naturaleza manifiestan sin condición sobre los hijos que Tú les has dado. Por eso hoy levanto una confesión de honra y amor para todas las madres de la tierra, con la convicción de que Tu mano poderosa y amorosa siempre estará sobre ellas cuidándolas y bendiciéndolas sobre abundantemente. Gracias Dios mío por la madre maravillosa que me regalaste en la tierra, he orado en el poderoso Nombre de Jesús. Amén.
Juan Manuel Lamus O.