EL SERVICIO 3
1 CORINTIOS 12:18-26 Pero nuestro cuerpo tiene muchas partes, y Dios ha puesto cada parte justo donde Él quiere. ¡Qué extraño sería el cuerpo si tuviera solo una parte! Efectivamente, hay muchas partes, pero un solo cuerpo. El ojo nunca puede decirle a la mano: "No te necesito". La cabeza tampoco puede decirle al pie: "No te necesito". De hecho, algunas partes del cuerpo que parecieran las más débiles y menos importantes, en realidad, son las más necesarias. Y las partes que consideramos menos honorables son las que vestimos con más esmero. Así que protegemos con mucho cuidado esas partes que no deberían verse, mientras que las partes más honorables no precisan esa atención especial. Por eso Dios ha formado el cuerpo de tal manera que se les dé más honor y cuidado a esas partes que tienen menos dignidad. Esto hace que haya armonía entre los miembros a fin de que los miembros se preocupen los unos por los otros. Si una parte sufre, las demás partes sufren con ella y, si a una parte se le da honra, todas las partes se alegran. (N.T.V.)
© De cómo servir verdaderamente a la iglesia.
Cuando se habla de servir a la iglesia con los talentos y los dones que Dios nos ha dado, la gente piensa a menudo en términos muy pequeños. Imaginan a la cantante del coro o al maestro de la escuela dominical. Pero si resulta que las personas no tienen esos dones, pierden todo interés.
Es hora de que dejemos de pensar en términos del "domingo solamente''. La iglesia no es un lugar ni un tiempo; es un cuerpo de creyentes, cada uno con dones especiales dados por Dios para guiar, ayudar, desafiar y apoyar al resto. En realidad, la mayor parte del servicio al Señor no tiene lugar dentro del edificio de la iglesia, sino afuera en el mundo, donde hacemos todas las cosas que la Biblia ordena. La mayoría de los creyentes no está en condiciones de influir en muchas personas. Cuando actuamos o hablamos, solo los más cercanos a nosotros lo notan, pero se produce una reacción en cadena que afecta a toda una comunidad. La metáfora de Pablo en cuanto a las partes del cuerpo trabajando juntas en armonía es una descripción útil de cómo una pequeña acción puede tener un gran impacto. Piense en cómo la tensión en el dedo gordo del pie mantiene estable a todo el pie, y eso estabiliza a todo el cuerpo. De la misma manera, una amable amonestación, un oído atento, o una acción amorosa, benefician a la iglesia al fortalecer a un hermano.
© Al hablar de ese servicio, le reto a que encuentre una necesidad en su iglesia o comunidad que Dios pueda satisfacer por medio de usted.
CONFESIÓN DE FE:
ESTAMOS EN ESTE MUNDO PARA SERVIR AL REINO DE DIOS Y A SU IGLESIA. Y LO HACEMOS VERDADERAMENTE, SIRVIÉNDONOS LOS UNOS A LOS OTROS EN COSAS PEQUEÑAS.
ORACIÓN:
Señor Jesús, El Chanun, Dios lleno de Gracia (Juan 1:16,17). Mi amado Rey y Señor para poder servirte mejor dame un noble corazón. Un corazón fuerte para aspirar por los altos ideales y no por opciones mediocres. Un corazón grande en el sufrimiento, siendo valiente soldado ante mi propia cruz y sensible para la cruz de los demás, grande para con el mundo, siendo comprensivo con sus fragilidades pero inmune a sus máximas y seducciones. Un corazón grande con los hombres, leal y atento para con todos pero especialmente servicial y dedicado a los pequeños y humildes. Un corazón nunca centrado sobre mí, siempre apoyado en Ti, feliz de servirte y servir a mis hermanos, Padre Celestial todos los días de mi vida dame un noble corazón. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús. Amén.
Juan Manuel Lamus O.