LOS REYES MAGOS
MATEO 2:9-11 Después de esa reunión, los sabios siguieron su camino, y la estrella que habían visto en el oriente los guió hasta Belén. Iba delante de ellos y se detuvo sobre el lugar donde estaba el Niño. Cuando vieron la estrella, ¡se llenaron de alegría! Entraron en la casa y vieron al Niño con su madre, María, y se inclinaron y lo adoraron. Luego abrieron sus cofres de tesoro y le dieron regalos de oro, incienso y mirra. (N.T.V.)
En muchos países celebran el 6 de Enero, el día de los Reyes Magos, como una fecha muy especial para darles regalos a los niños. Sin embargo, a muchos niños les cuentan que los Reyes Magos no existen y son muchos los padres que no saben cómo explicar este hecho.
☆ Existe una hermosa historia para padres y niños que puedan explicar este hecho con facilidad:
Una vez una niña les preguntó a sus padres:
- ¿Los Reyes Magos existen?
Los padres de la niña se quedaron mudos, mirándose e intentando descubrir el origen de aquella pregunta:
- ¿Y tú qué crees, hijita?
- Yo no lo sé. A veces creo que sí y otras que no. Por un lado, me parece que sí existen porque ustedes no me van a engañar; pero mis compañeras del colegio me dicen que no existen.
- Mira hija, es cierto que somos los padres los que ponemos los regalos, pero…
- ¿Entonces es verdad? cortó la niña con los ojos llenos de lágrimas.
- ¡Ustedes me han engañado!
- No, hija, nunca te hemos engañado porque los Reyes Magos sí existen, respondió el padre cogiendo con sus dos manos la carita de la pequeña.
- ¿Entonces?, no lo entiendo papá.
- Siéntate cariño y escucha esta historia que te vamos a contar:
Cuando el niño Dios nació, unos sabios reyes que venían de oriente guiados por una gran estrella, se acercaron al portal para adorarle. Le llevaron regalos en prueba de amor y respeto, y el niño se puso tan contento y parecía tan feliz, que el más anciano de los reyes dijo:
- ¡Es maravilloso ver tan feliz a un niño! Deberíamos llevar regalos a todos los niños del mundo y ver lo felices que serían.
- ¡Oh, sí! exclamó otro. Es una buena idea, pero sería muy difícil hacer esto, no seríamos capaces de poder llevar regalos a tantos niños que hay en el mundo.
Uno más de los reyes, que estaba escuchando a sus compañeros con cara de alegría, comentó:
- Es verdad, sería fantástico, pero tiene razón y, aunque somos sabios y reyes, ya somos ancianos y nos resultaría muy difícil poder recorrer el mundo entero entregando regalos a todos los niños. ¡Pero sería tan bonito…!
El niño Jesús, que desde su humilde cunita parecía escucharles muy atento, sonrió y la voz de Dios se escuchó en el portal:
- Ustedes son muy buenos, queridos reyes, y les agradezco sus regalos. Yo voy a ayudarlos a realizar su hermoso deseo. Díganme:
- ¿Qué necesitan para poder llevar regalos a todos los niños?
- ¡Oh, Señor! dijeron los reyes postrándose de rodillas. Necesitaríamos millones y millones de pajes, casi uno para cada niño, que pudieran llevar al mismo tiempo a cada casa nuestros regalos, pero no podemos tener tantos pajes, no existen tantos.
- No se preocupen por eso, dijo Dios. Yo les voy a dar, no uno, sino dos pajes para cada niño que hay en el mundo.
- ¿Los pajes que les gustaría tener, deben querer mucho a los niños? preguntó Dios.
- Sí, claro, eso es fundamental, asintieron los reyes.
- Y, ¿Es verdad que esos pajes deberían conocer muy bien los deseos de los niños?
- Sí, sí. Eso es lo que quisiéramos de un paje, respondieron muy entusiasmados.
- Queridos reyes:
- ¿Hay alguien que quiera más a los niños y los conozca mejor que sus propios padres?
Entonces Dios decreto:
- Puesto que así lo han querido y para que en nombre de los Reyes de Oriente todos los niños del mundo reciban algunos regalos, Yo ordeno que:
© Todos los padres se conviertan en pajes, y que en su nombre, y de parte de ustedes, regalen a sus hijos los regalos que desean.
© También ordeno que, mientras los niños sean pequeños se haga como si lo hicieran los propios Reyes Magos.
© Y cuando los niños sean suficientemente mayores para entender esto, los padres les contarán esta historia.
© Y a partir de entonces, en todas las festividades de mi nacimiento, los niños también harán regalos a sus padres en prueba de su cariño.
© Y entonces siempre recordarán que gracias al Nacimiento de Jesús y a los Reyes Magos todos somos más felices.
Cuando acabaron con su explicación, la niña se levantó y dando un beso a sus padres les dijo:
- Ahora sí que lo he entendido todo, papás. Estoy muy contenta de saber que me quieren y que no me han engañado.
Y todos se abrazaron, mientras desde el cielo, los Reyes Magos contemplaban la escena, muy satisfechos.
ORACIÓN:
Señor Jesús, Luz del mundo, Estrella Resplandeciente de la mañana (Apocalipsis 22:16). Los Reyes Magos, buscando entre las estrellas, descubrieron la tuya y la siguieron. Haznos descubrir tu Presencia en medio del ruido y de nuestros ajetreos cotidianos. Muéstranos tu estrella, danos fuerza y valor para seguirla. Ayúdanos a ser pequeñas y alegres estrellas para guiar y conducir a otros hasta Ti, mi Señor y Salvador Jesucristo, te estábamos esperando, teníamos muchas ganas de que nos visitaras. Gracias por venir a habitar entre nosotros y por hacerte niño como nosotros. Sabemos que vienes para conducirnos al Padre, y para enseñarnos el camino, para que todos seamos hermanos y convivamos en paz. Con gozo y alegría te acogemos. Gracias por venir Señor Jesús, eres nuestra luz y guía, acompáñanos, bendícenos e ilumínanos en nuestra oscuridad. Amén.
Juan Manuel Lamus O.