PRIVADA E ÍNTIMA
ZACARÍAS 4:4-6 Entonces le pregunté al ángel:
- ¿Qué es todo esto, mi señor? ¿Qué significa?
- ¿No lo sabes? preguntó el ángel.
- No, mi señor, le contesté. Entonces me dijo:
- El Señor dice a Zorobabel: "No es por el poder ni por la fuerza, sino por mi Espíritu, dice el Señor de los Ejércitos Celestiales. (N.T.V.)
© De la importancia para nuestra vida y crecimiento, de establecer y mantener una comunión privada e íntima con el Espíritu Santo de Dios.
En nuestro caminar cristiano, muchas veces llegamos a poseer una cantidad de principios, fórmulas y métodos, pero carecen de verdadero poder. Esto también se aplica a las enseñanzas sobre la fe, la oración, la alabanza, la meditación, los estudios bíblicos, la confesión, la guerra espiritual y todos los otros preceptos sobre los que hemos escuchado y asimilado. Todo es bueno, y necesitamos saber acerca de ello, pero por sí solo no puede resolver nuestro problema.
Debemos recordar que, aún con lo buenas que son estas disciplinas espirituales, solo son canales para recibir al Señor. No son de ninguna ayuda si no están conectadas a la fuente de poder Divino. Nos conectamos a través de una relación personal con Dios, lo que demanda tiempo. Nunca lograremos una verdadera victoria perdurable en nuestra vida cristiana, si no tenemos un tiempo de comunión privada y personal con el Señor. Él tiene un plan especial, único para ti. Si se lo pides, Él se acercará a tu vida y tendrá una relación íntima contigo. Él te enseñará y te guiará en el camino que debes recorrer.
Aprende a responder con prontitud a la guía del Espíritu Santo. Apártate con Él a solas, y serás recompensado en abundancia.
© Es solo en la Presencia del Señor donde recibimos su poder.
CONFESIÓN DE FE:
ESTARÉ ATENTO A SU VOZ Y SERÉ DILIGENTE PARA RESPONDER CON PRONTITUD A LA GUÍA DEL ESPÍRITU SANTO. ESTOY SEGURO QUE, EN MI COMUNIÓN PRIVADA E ÍNTIMA CON ÉL, SERÉ RECOMPENSADO EN ABUNDANCIA.
ORACIÓN:
Padre Celestial, El Ruakj, Espíritu Santo del Dios Viviente (2 Corintios 3:3). Dios mío y Señor mío, Espíritu Santo de Dios, tu eres aliento de vida, nos ayudas, nos consuelas y sostienes de tu mano, y nos das el poder para crecer y fructificar. Por eso hoy vengo a tu Presencia, con un corazón contrito y humillado, y en acción de gracias, por permitirme establecer y mantener una verdadera comunión personal, pues sé que apartándome en una comunión privada e íntima contigo, Espíritu Santo, podré obtener la instrucción necesaria y la dirección perfecta para recibir tu poder y salir avante y recompensado de manera abundante en la vida en esta tierra y en la eternidad. Gracias Espíritu Santo de Dios por estar siempre atento a mi clamor. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús. Amen.