jueves, 15 de diciembre de 2016

REMORDIMIENTO

REMORDIMIENTO

 

JUAN 8:10,11 Entonces Jesús se incorporó de nuevo y le dijo a la mujer:

-  ¿Dónde están los que te acusaban? ¿Ni uno de ellos te condenó?

-  Ni uno, Señor, dijo ella.

-  Yo tampoco, le dijo Jesús. Vete y no peques más. (N.T.V.)

 

©  Del significado de la culpabilidad o remordimiento. (Leer Juan 8:1-11)

La culpa por algo que viola la conciencia es un sentimiento normal, sin embargo, vivir bajo una nube de remordimiento sin una razón clara no lo es.

 

El Señor creó los sentimientos de culpabilidad y remordimiento para que sirvieran como recordatorios a una persona de que ha hecho algo malo y que necesita arrepentirse, pero nuestro enemigo satanás usa esos sentimientos para tener cautivas a las personas.

¡Quienes viven con un sentimiento de culpa no están seguros del amor de Dios!

 

Entonces, veamos tres aspectos esenciales de la culpabilidad y la condena que debemos entender para no andar en remordimiento:

1. La Culpa Buena: Es la herramienta efectiva que el Señor usa para impulsar al arrepentimiento. Es un regalo que nos ayuda a encontrar la senda correcta.

2. La Culpa Falsa: Pero el diablo estimula la culpa falsa, que implica hacernos responsables por cosas que están fuera de nuestro control y sufrir de auto condena por no ser capaces de cambiar los efectos. Este tipo de culpa es también un problema generalizado de quienes están en iglesias legalistas o que tienen ciertos estilos de vida; ciertas actitudes o pensamientos son considerados pecaminosos, y entonces las personas se sienten avergonzadas por hacer o pensar en esas cosas.

3. Auto Condena: Es la que impide el desarrollo de una relación con Cristo. Cuando las personas son atrapadas por la culpa, aparece el temor a ser rechazados. La confianza en sí mismos es casi imposible, porque están esperando que la condenación de Dios caiga sobre ellos.

 

El Señor no vino para acusarnos o condenarnos; Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de Él (Juan 3:17). Si nuestro Salvador perdonó a la mujer sorprendida en adulterio, piense en cuán dispuesto está Él a quitar su vergüenza (Juan 8:11).

 

CONFESIÓN DE FE:

EL SEÑOR NO VINO PARA ACUSARNOS O CONDENARNOS. CRISTO REGENERÓ NUESTRAS ALMAS Y NOS HIZO JUSTOS DELANTE DE DIOS, Y POR ESO NUESTRA CULPA HA SIDO QUITADA.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Amoroso, Misericordioso y Perdonador eres Tú, Elohim Selichot, Dios del Perdón (Nehemías 9:17). Yo sé que está en tu naturaleza el perdonar, y que tu deseo es concedernos siempre el perdón por todas nuestras faltas y rebeliones y hacernos así libres del resentimiento, dándonos la victoria sobre él. Por eso hoy quiero darte gracias mi Señor, vengo a tu Presencia a depositar toda la carga de culpa que pueda sentir, apropiándome de la promesa de libertad que Tú me has dado, y acogiéndome a tu ternura y misericordia, pues tu enseñanza es fácil de poner en práctica y libera del sentimiento de culpa que el enemigo siempre quiere poner en nosotros. Gracias mi Señor, Salvador y Perdonador Jesucristo por darme hoy, y para siempre, la victoria sobre la culpa y el resentimiento. Amén.


Juan Manuel Lamus O.