jueves, 25 de noviembre de 2021

LA OBEDIENCIA

 

FILIPENSES 2:5-8 Tengan la misma actitud que tuvo Cristo Jesús. Aunque era Dios, no consideró que el ser igual a Dios fuera algo a lo cual aferrarse. En cambio, renunció a sus privilegios Divinos; adoptó la humilde posición de un esclavo y nació como un ser humano. Cuando apareció en forma de hombre, se humilló a sí mismo en obediencia a Dios y murió en una cruz como morían los criminales. (NTV)

 

De cómo vivir la obediencia como principio de vida y hasta la muerte.

Debemos aprender lo que significa que Jesús se hizo obediente hasta la muerte y muerte de cruz.

 

Toda verdadera obediencia es hasta la muerte.  Esto es la otra cara de la moneda de lo que el mundo dice referente a la obediencia. El mundo dice:

"Yo obedeceré sí…", Y el sí, significa que tenga un final feliz.

"Si yo voy a tener un final feliz, obedeceré, si no, no, mejor no".

La obediencia de Cristo no dependió del final feliz, porque obedeció hasta la muerte y fue muerte de cruz; un final no muy feliz humanamente hablando, pero Él obedeció "a pesar de…". Aunque el mundo quiere obedecer si tiene un final feliz, se le olvida entender que toda verdadera obediencia tiene un final exitoso y feliz, pues:

 

¡¡¡El que obedece no se equivoca!!!

Sí obedecemos con sinceridad sin mirar el final,

esto cumplirá la Voluntad de Dios en nuestra vida

 

¡Obedecer! obedecer a pesar de que mi cáncer no sea curado, mi promoción no sea declarada o mi ser querido no sea sanado. Si obedecemos, eso es bastante. Si obedecemos a pesar de que lo material no parezca muy abundante, seré exitoso. Lo demás, lo que escapa de nuestra mano, eso es negocio y asunto de Dios. Si insistimos en obedecer para tener un final feliz eso es egoísmo, pero obedecer sin mirar el final, es éxito genuino y espiritual, algo que el mundo jamás lo podrá medir ni entender. Será al final el éxito de Dios, no nuestro éxito, y no debemos olvidar que el éxito de Dios se mide muy diferente a como medimos nuestro propio éxito o el de los demás. Yo tengo el ejemplo de mi Maestro quien obedeció hasta la muerte y muerte de Cruz, y como el salmista, digo:

 

¡Me deleito en hacer tu voluntad, Oh Dios!

Porque la voluntad de Dios es buena, perfecta y agradable, y aunque hoy no la entienda, en el momento perfecto de Dios la podré entender y me gozaré en ella.

 

CONFESIÓN DE FE:

DEBO SER CUIDADOSO EN OBEDECER POR AMOR A LA OBEDIENCIA, Y EN AMAR LA OBEDIENCIA POR AMOR AL SEÑOR, QUE ES EL NIVEL MÁS ALTO PARA VIVIR.

 

ORACIÓN:

Dios y Señor Nuestro, Adonai, Rey de reyes y Señor de señores (Apocalipsis 17:14). Mi amado Dios y Señor Jesucristo, hoy quiero darte gracias por tu Palabra, gracias por tu dirección y gracias por tu Espíritu. Gracias por hoy darme la oportunidad de obedecerte, pero no quiero obedecer para hallar un final feliz, quiero obedecerte porque el hacer tu voluntad produce un deleite exquisito dentro de mi corazón. El final de todo estará en tus manos, tu voluntad lo determinará todo, y tengo la seguridad de que será bueno, agradable y perfecto. Quiero ser obediente hasta la muerte y hasta la muerte aún cuando fuere de cruz. Buscar tu voluntad es el mejor alimento que puedo dar a mi alma y a mi espíritu, y así sentirme plenamente fortalecido. Gracias, mi Señor y Salvador Jesucristo porque la fuerza que necesito hoy para seguir adelante viene de Ti, más yo me deleitaré en obedecer hoy tu Palabra y en sentir que me guías y me sustentas; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri