ENMIENDAS
MATEO 5:23,24 Por tanto, si has traído tu ofrenda al altar y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí delante del altar, y ve, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces vuelve y ofrece tu ofrenda. (RVA'15)
♥ ¡Es tiempo de sanar heridas! De ahí la necesidad de hacer verdaderas enmiendas, donde los hechos de amor se convierten en herramientas efectivas para la restitución.
Este mundo está lleno de historias de personas que tratan de sanar heridas, las cuales vale la pena contar; por ejemplo, la historia de Lee Thorn (1943-2020), veterano de la Guerra de Vietnam. Thorn era uno de los tripulantes de aviones de guerra de los EE.UU. que volaba en misiones para destruir sitios estratégicos militares de Laos. Al finalizar la guerra, quiso regresar a Laos junto con otros veteranos, pero ahora con una nueva misión, la de ayudar a crecer económicamente poblados pobres y hacer posible que los habitantes de las villas marginadas pudieran superar su condición. Entre sus proyectos, facilitó equipos de cómputo que usaban baterías que se cargan pedaleando, (un minuto de pedalear = cinco minutos de energía en línea). También, desarrolló programas de ayuda para los productores de café, realizó campañas médicas y llevó equipos para detección de bombas antipersonales.
♥ Lee y sus amigos convirtieron los resentimientos en amabilidad, ayuda y amistad, y sanaron viejas heridas.
En los días de Jesús, la gente de Jericó también tenía muchos resentimientos contra Zaqueo, jefe de los publicanos. Zaqueo era un tipo bajito que quería ser muy importante. Era rico, engañaba a la gente y sus vecinos probablemente pensaron que nunca iba a cambiar. Quizás para decir algo a su favor:
"procuraba ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la multitud porque era pequeño de estatura". (Lucas 19:3)
Entonces corrió para adelantarse y se subió a un árbol. Los árboles sicómoros tienen ramas bajitas, por lo que son de fácil acceso para alguien de baja estatura. Las hojas y la corteza de este árbol se usaban como remedios para varias enfermedades, y Zaqueo estaba a punto de recibir la dosis más grande de sanidad que se podía imaginar. Todo lo que se necesitó fue un encuentro con Jesús y Zaqueo fue un hombre nuevo, y dijo:
"He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres y, si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado". (Lucas 19:8)
El día que conoció a Jesús, Zaqueo convirtió los resentimientos que había entre él y sus vecinos en amabilidad, ayuda y amistad, él tuvo un nuevo comienzo y quiso enmendar el dolor que había causado.
♥ Si Jesús es tu Señor, es porque has tenido un encuentro tan real con Él como lo tuvo Zaqueo hace algún tiempo, y eres una nueva persona:
¡¡¡Es tiempo de perdonar, de pedir perdón y de hacer enmiendas!!!
Este es el momento preciso para que el mundo vea, a través de nuestros
hechos de amor, la diferencia que Jesús ha marcado en nuestra vida
CONFESIÓN DE FE:
PROCURARÉ REFLEXIONAR ACERCA DE LAS PERSONAS A LAS CUALES HE PODIDO HERIR O DAÑAR, PARA PEDIRLES PERDÓN Y, DE SER NECESARIO, NO ESCATIMAR PARA HACER LAS ENMIENDAS QUE SEAN NECESARIAS A FIN DE RESTITUIR Y RESTAURAR.
ORACIÓN:
Padre Celestial, El HaNeeman, Dios Fiel y Confiable (Deuteronomio 7:9). Mi amado Señor y Salvador Jesucristo, Tú eres Dios en el cual puedo confiar sin lugar a duda o a equivocarme, pues sé que todo lo que dices es verdadero y lo que haces es 100% confiable. Estoy plenamente convencido que tus planes para mi contemplan la restauración total de mi vida a través de tu perdón en todas las áreas: material, física, económica, moral y principalmente la espiritual. Yo estoy hoy totalmente decidido a acogerme a ellos, pero también dispuesto para seguir tu ejemplo y restaurar por medio del perdón y las enmiendas a todos los que yo haya herido y me hayan herido. Gracias mi amado Señor Jesús porque empezaste la obra en mí y me has prometido tu fidelidad para completarla; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!
Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri