lunes, 29 de mayo de 2023

LA CLAVE

 

LUCAS 15:22-24 Sin embargo, su padre dijo a los sirvientes: "Rápido, traigan la mejor túnica que haya en la casa y vístanlo. Consigan un anillo para su dedo y sandalias para sus pies. Maten el ternero que hemos engordado. Tenemos que celebrar con un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ahora ha vuelto a la vida; estaba perdido y ahora ha sido encontrado". Entonces comenzó la fiesta. (NTV)

 

De la clave para entender, a través de la conocida parábola del Señor Jesús, que verdaderamente somos hijos de Dios cuando aceptamos su pródigo amor; estos son "Asuntos de Familia: Él dijo ¡Este es mi Hijo!".

 

🤷🏻 ¿Cuál es el punto clave de la parábola del hijo pródigo?:

A veces pensamos que la parábola tiene que ver con la locura del hijo mayor.

O acerca de la indignación celosa del hermano menor.

O quizás acerca del perdón de padre.

Todas estas cosas aparecen en la parábola, pero ella contiene algo más profundo; algo que todos nosotros necesitamos tomar en nuestras manos:

 

¡¡¡Dios no pone a pecadores arrepentidos en periodo de prueba

para ver cómo se comportan ellos luego de arrepentirse!!!

Este es el punto clave de la parábola del hijo pródigo, es acerca del carácter

del Padre Celestial, quien es el verdaderamente pródigo en Su amor

con los que lo reconocen como Padre

 

Todos los otros son apenas pequeños actores en el drama verdadero.

Lucas utiliza la expresión en griego "Outos ho huios mou", literalmente:

1.     "Este es mi hijo". Este hijo mío estuvo muerto, pero ahora él está vivo.

2.    "Este hijo es todavía mi hijo, él volvió a la vida, él es mi hijo en todo aspecto, él era mi hijo cuando estuvo muerto y él es mi hijo ahora que está vivo otra vez".

3.    "Para mí, como padre la relación de la familia no ha cambiado".

 

Quizás no entendamos esa clase de paternidad. Siempre estamos más inclinados a ver que el hijo se rebeló, desobedeció y desilusionó al padre. Como padres, si lo fuéramos, por lo general nuestro recibimiento estaría condicionado por: "vamos a ver si las cosas cambian".

 

Yo no sé si puedo perdonar totalmente sin el periodo de prueba. Yo no estoy seguro si podría correr para abrazar, compartir lo mejor de mí y restaurar sin vacilación. Probablemente pondría una penitencia. Dios nos perdona, pero sucede que hasta que no veamos que el Padre nos trata como al hijo supuestamente pródigo, estaremos perdidos desesperadamente en el sistema desastroso de mantener nuestra manera de dar y recibir gracia. Más allá de lo que Él piensa que soy, para Él no soy el hijo pródigo, soy simplemente su hijo, sin duda que yo nunca trataré a nadie como el Padre me trata. Nosotros no podemos perdonar a nadie de la misma manera hasta que no hayamos sido perdonados en esa forma. Nuestro problema es aceptar ese tipo de perdón de Dios. Muchas veces no nos hemos considerado sus hijos. Cuando ponemos a otros en periodo de prueba para ver si de verdad se arrepintieron, nos enfocamos en la indignidad de ellos, esa no es la perspectiva de Dios. Jesús murió para quitar nuestra indignidad. El Hijo del Dios lo hizo por mí porque también soy hijo de Dios, ya que lo reconozco como mi Padre Celestial.

 

¿Podemos perdonar nosotros como el Padre nos perdona?

No, a menos que haya un cambio completo de mente, entonces dejaremos de aplicar el "periodo de prueba" para el arrepentido y comenzaremos a verlo como "El hijo que muerto era y ha revivido".

 

CONFESIÓN DE FE:

TAL VEZ YO NO SOY DIGNO, ESO ES VERDAD, PERO YO FRACASO ES EN NO VER QUE DIOS NO TIENE EL INTERÉS EN LO QUE A MÍ ME PREOCUPA ACERCA DE MI CONDICIÓN, PUES ÉL CUIDA DE MÍ SOLO PORQUE SOY SU HIJO; SOY BENEFICIARIO DE SU PRÓDIGO AMOR CUANDO LO RECONOZCO COMO PADRE.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Elohim Selichot, Dios del perdón (Nehemías 9:17). Mi amado Dios y Señor, Jesucristo, Padre Celestial, los hombres podemos ser lentos para perdonar, pero hoy sé que está en tu naturaleza el perdonar. Sé que el deseo tuyo es concedernos tu perdón. Gracias mi Señor por perdonarme, gracias por verme como tu hijo y no como "el hijo pródigo". Ayúdame a responder y ver de la misma manera a quienes me han ofendido. No necesito ponerlos a prueba, simplemente perdonarlos para ver en ellos no la condición de pecadores ofensivos, sino de hijos que quieren volver a la vida. Gracias mi Señor y Salvador Jesucristo por tu perdón incondicional; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri