jueves, 4 de abril de 2024

FE TRANSMITIDA

 

DEUTERONOMIO 31:9-13 (NTV) Entonces Moisés escribió en un libro todo el conjunto de instrucciones y se lo dio a los sacerdotes que llevaban el Arca del Pacto del Señor y a los ancianos de Israel. Luego Moisés les dio la siguiente orden:

"Al final de cada séptimo año, el año de liberación, y durante el Festival de las Enramadas, leerán este libro de instrucción a todo el pueblo de Israel cuando se reúna ante el Señor su Dios en el lugar que Él elija. Convoquen a todos, a hombres, mujeres, niños y a los extranjeros que vivan en sus ciudades, para que oigan lo que dice el libro de instrucción y aprendan a temer al Señor su Dios y a obedecer cuidadosamente todas las condiciones de estas instrucciones. Háganlo para que sus hijos que no saben nada de estas instrucciones, las oigan y aprendan a temer al Señor su Dios. Háganlo mientras vivan en la tierra que van a poseer al cruzar el Jordán".

 

El mejor legado que podemos dejar a nuestra descendencia es la fe en el mismo Dios en quien nosotros la hemos puesto y que, por su amor y misericordia, hoy podemos ser llamados hijos de Dios y bendecidos como tales; esa debe ser nuestra fe transmitida. (Leer Deuteronomio 31)

 

¡¡¡Nuestra fe debe ser transmitida de una generación a otra,

de manera que todos nuestros descendientes y personas

en nuestras áreas de influencia, puedan conocer a Dios

de la misma manera que lo hacemos nosotros hoy!!!

 

☝🏼 ¿De qué manera está usted ayudando a otros a conocer al Señor que tanto ama?

 

¡Qué vida la de Moisés! Por el decreto de Faraón, debería haber sido asesinado al nacer. Sin embargo, gracias a la intervención de Dios y a la fiel desobediencia de las parteras, de la madre y de la hermana de Moisés, el futuro líder no solo sobrevivió; fue adoptado por la hija de Faraón y criado como príncipe. Luego, su historia dio otro giro, el propio Moisés eligió la desobediencia fiel, al ponerse del lado de sus compatriotas y luchar contra Faraón para liberarlos de la esclavitud. Más tarde, tras décadas de vagar por el desierto, la peregrinación de Israel estaba casi llegando a su fin, al igual que los días de Moisés. La historia de su vida nunca fue sobre él; se trataba de la fe en Dios transmitida de una generación a otra. Y es así, como antes de que Josué fuera comisionado para ser el nuevo líder, Moisés escribió el Libro de la Ley para que pudiera ser leído regularmente al pueblo; también escribió un cántico que resonaría en sus corazones y mentes durante generaciones (Deuteronomio 31:9-11,21,22). Como resultado, los israelitas que nunca conocieron a Moisés conocerían al Dios que iba delante de ellos y a quién pertenecían.

 

Sin importar en qué etapa de su vida o ministerio se encuentre, ya sea al comienzo, a medio camino o terminando su trabajo, recuerde al Dios que dice:

"Te he llamado por tu nombre y tú me perteneces.". (Isaías 43:1 TLA)

 

CONFESIÓN DE FE:

PROCURARÉ CON DILIGENCIA Y DENUEDO TRANSMITIR MI FE EN DIOS A TODAS MIS GENERACIONES, DE MANERA QUE ELLOS LO PUEDAN CONOCER Y DISFRUTAR COMO YO LO HE HECHO HASTA AHORA, Y LO HARÉ POR SIEMPRE EN LA ETERNIDAD JUNTO A ÉL.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Elohim Kedem, Dios del Principio (Colosenses 1:18). Mi amado Señor Jesucristo, hoy sé que Tú siempre has sido, eres y serás nuestro Dios Todopoderoso. Eres antes de todas las cosas en tiempo y en prioridad, y por eso debes ser primero que todo en nuestros afectos. Gracias porque si de algo nos has dotado es de fe, y por eso hoy quiero darte gracias por tan maravilloso don, regalo precioso que es la fe; y por eso quiero transmitirla como legado, como la más grande inversión que pueda hacer en mi vida, para mi descendencia biológica y espiritual, para que ellos puedan, también, transitar por los caminos bienaventurados que Tú has deparado para ellos. Así es que deliberadamente trabajo con diligencia para enseñar y modelar a ellos una vida de fe y obediencia a Ti, mi Señor Jesús, inspirándolos de esta manera a seguirte sin condición y seguro de que es el mejor y mayor legado que puedo dejarles; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri