jueves, 3 de octubre de 2024

LAMENTACIÓN VS. RECONSTRUCCIÓN

 

LAMENTACIONES 3:19-24 (NTV) Recordar mi sufrimiento y no tener hogar es tan amargo que no encuentro palabras. Siempre tengo presente este terrible tiempo mientras me lamento por mi pérdida. No obstante, aún me atrevo a tener esperanza cuando recuerdo lo siguiente: ¡El fiel amor del Señor nunca se acaba! Sus misericordias jamás terminan. Grande es su fidelidad; sus misericordias son nuevas cada mañana. Me digo: "El Señor es mi herencia, por lo tanto, ¡esperaré en Él!".

 

Hoy, a través de la experiencia del profeta Jeremías, podemos aprender 6 maneras de encontrar esperanza en medio del dolor.

 

☝🏼 ¿Qué hace cuando su mundo se desmorona? ¿Cuándo lo despiden del trabajo? ¿Cuándo un ser querido se marcha? ¿Cuándo las últimas noticias mundiales le causan ansiedad?

Jeremías, un profeta del Antiguo Testamento, se hacía preguntas similares. En una época en la que Israel se enfrentaba a una crisis económica, al cautiverio y al hambre, Jeremías escribió "Lamentaciones", un libro en el que lamentaba el juicio de Dios sobre su pueblo y la destrucción de Jerusalén. Pero en medio de su angustia, cuando su mundo parecía desmoronarse, Jeremías se acordó de hacer seis cosas para reconstruir su vida, y que nosotros también podemos hacerlas en este tiempo; veamos:

 

1.     Descargar todas las frustraciones en Dios. Jeremías fue honesto con Dios y dijo cosas como: "Yo soy el que ha visto las aflicciones que provienen de la vara del enojo del Señor. Me llevó a las tinieblas, y dejó fuera toda luz" (Lamentaciones 3:1,2 NTV). Dios puede manejar su ira, frustración y aflicción.

2.    Desviar la atención del dolor hacia el amor de Dios. Después de concentrarse en sus problemas, Jeremías finalmente dirigió su atención a lo que sabía que era verdad acerca de Dios: "No obstante, aún me atrevo a tener esperanza cuando recuerdo lo siguiente: ¡El fiel amor del Señor nunca se acaba! Sus misericordias jamás terminan." (Lamentaciones 3: 21,22 NVT)

3.    Quedarse a solas con Dios y esperar. Esperar en Dios es una disciplina espiritual. Es literalmente sentarse en silencio y esperar a que Dios se mueva, ¡y lo hará! Jeremías dijo: "Que se queden solos en silencio bajo las exigencias del Señor. Que se postren rostro en tierra, pues quizá por fin haya esperanza". (Lamentaciones 3:28,29 NTV)

4.   Cambiar lo que se pueda cambiar. Hay muchas cosas que usted no puede cambiar, pero si puede mirar su vida y ver dónde necesita crecer o de qué necesita arrepentirse. Jeremías dijo: "Examinemos y pongamos a prueba nuestras conductas y volvamos al Señor". (Lamentaciones 3:40 NVI)

5.    Pedirle a Dios que le libere de sus temores. Eso hizo Jeremías, y Dios le respondió: "Te invoqué, y viniste a mí; 'No temas', me dijiste" (Lamentaciones 3:57 NVI). Dios quiere que vivamos libres de temores.

6.    Esperar que Jesús restaure su vida. Ore como Jeremías: "¡Restáuranos, oh Señor, y haz que regresemos a ti! ¡Devuélvenos la alegría que teníamos antes!" (Lamentaciones 5:21 NTV). Cuando usted se entrega a Dios y permite que le guíe de regreso a Jesús, Él le devolverá la alegría.

 

¡¡¡No importa cuán lleno de angustia se vea el mundo,

tenemos un Dios bondadoso y todopoderoso que nos ama, entonces

confiemos y esperemos en Él, con toda seguridad encontraremos

la esperanza, el propósito y el gozo que solamente Él puede darnos!!!

 

CONFESIÓN DE FE:

SEGUIRÉ EL EJEMPLO DEL PROFETA JEREMÍAS, PONIENDO POR OBRA EN MI VIDA ESAS SEIS COSAS PARA RECONSTRUIRLA, Y LO HARÉ CON DENUEDO EN LUGAR DE PERMANECER LAMENTÁNDOME, CAMBIARÉ LA QUEJA POR LA ALABANZA.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, El Emunah, Dios Confiable (Génesis 16:13). Mi amado Dios y Señor, Jesucristo, Tú eres Dios 100% fiel y por lo tanto confiable. Por eso hoy vengo clamando a Ti, Dios lleno de sabiduría, para que me ayudes a poder, sin condiciones, temores ni dudas, aceptar tus tiempos y tus planes para mi vida, con la seguridad y la convicción de que Tú sabes que es lo mejor para mí, y cuál es el momento adecuado y perfecto para recibir lo que en tu voluntad has determinado también para mí. Estoy dispuesto a esperar pacientemente en Ti, seguro de que todo saldrá bien, de acuerdo con tu buena, agradable y perfecta voluntad; por eso tendré un corazón sumiso a tus sabias instrucciones. Gracias mi amado Señor Jesucristo por tu dirección e instrucción permanentes para mi vida; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri