lunes, 23 de febrero de 2015

SUSTITUTO

 

ROMANOS 3:21-26 Pero ahora, tal como se prometió tiempo atrás en los escritos de Moisés y de los profetas, Dios nos ha mostrado cómo podemos ser justos ante Él sin cumplir con las exigencias de la ley. Dios nos hace justos a Sus ojos cuando ponemos nuestra fe en Jesucristo. Y eso es verdad para todo el que cree, sea quien fuere. Pues todos hemos pecado; nadie puede alcanzar la meta gloriosa establecida por Dios. Sin embargo, Dios nos declara justos gratuita y bondadosamente por medio de Cristo Jesús, quien nos liberó del castigo de nuestros pecados. Pues Dios ofreció a Jesús como el sacrificio por el pecado. Las personas son declaradas justas a los ojos de Dios cuando creen que Jesús sacrificó su vida al derramar su sangre. Ese sacrificio muestra que Dios actuó con justicia cuando se contuvo y no castigó a los que pecaron en el pasado, porque miraba hacia el futuro y de ese modo los incluiría en lo que llevaría a cabo en el tiempo presente. Dios hizo todo eso para demostrar Su justicia, porque Él mismo es justo e imparcial, y declara a los pecadores justos a Sus ojos cuando ellos creen en Jesús. (N.T.V.)

 

©      Justicia y misericordia, el plan del sustituto.

La condición pecaminosa de la humanidad nos plantea un dilema.

©      ¿Cómo puede un Dios Santo y Justo perdonar nuestros pecados?

Si Él nos tratara solo con base en su justicia, todo ser humano sufriría el castigo eterno de su ira que merecen sus pecados. Pero si dispensara misericordia en vez de justicia, nadie pagaría el castigo por el pecado, y Dios dejaría de ser justo.

 

Solo había una manera para que el Señor pudiera permanecer fiel a Su naturaleza y al mismo tiempo perdonar nuestros pecados. La solución era satisfacer Su justicia derramando Su ira sobre un sustituto. Entonces, el castigo por el pecado sería pagado, y Él estaría libre para ofrecer misericordia a los pecadores. Este es el único plan que adecua ambos aspectos de Su naturaleza Divina. Por eso, Cristo vino como nuestro sustituto; Él recibió el castigo por nuestro pecado, permitiéndonos experimentar la misericordia del Padre. Ahora, al poner su fe en Jesús, cualquier persona puede ser justificada, es decir, declarada legalmente justa. El plan de salvación de Dios es tan sencillo que hasta un niño puede entenderlo, pero, al mismo tiempo, la complejidad de lo que pasó en el Calvario está mucho más allá de la comprensión humana. Aunque no somos capaces de entender plenamente lo que ocurrió allí, podemos saber que la cruz es la demostración más grande del amor de Dios por nosotros.

©      ¿Puede usted imaginar lo que costó su salvación?

El glorioso plan del Padre y del Hijo, son prueba del enorme valor que usted tiene a los ojos de Dios.

 

CONFESIÓN DE FE:

DESDE MI PERSPECTIVA, SOY DIGNO DE TODO EL DOLOR Y SUFRIMIENTO QUE FUERON NECESARIOS PARA GARANTIZAR MI PRESENCIA ETERNA CON DIOS EN EL CIELO, SIN EMBARGO JESÚS ME SUSTITUYO SIN CONDICIÓN.

 

ORACIÓN:

Señor Jesús, El Yeshuati, Dios de mi Salvación (Isaías 12:2). Mi amado Señor yo se que Tú mismo eres la única fuente de salvación, quieres salvar a toda Tu creación, y es por eso que cada individuo debe personalmente reconocerte como el "Dios de mi  Salvación". Gracias padre Celestial por ese plan maravilloso que desarrollaste para darnos la oportunidad de vivir eternamente en Tu gloria, lo cual demuestra también lo valiosos que somos para Ti y el amor incondicional manifestado en el sacrificio de Tu amado hijo y Señor nuestro, Jesucristo. Amén.

 
Juan Manuel Lamus O.